PRÓLOGO.

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No existe nada mejor que dormir, había terminado todas sus tareas a las once de la noche, era un milagro para él y es que siempre las terminaba muy tarde.

Las horas pasaban y Milo disfrutaba el estar durmiendo plácidamente.

Las luces apagadas, todo a su alrededor en completa oscuridad, nadie está despierto a las tres de la madrugada.

Todo estaba de maravilla hasta que sonó su celular, era un mensaje ¿quién mandaría mensajes a las tres de la madrugada?
¿por qué no puso en silencio su celular antes de dormir? ¡maldición! ¿y si es algo importante? Nadie mandaría un mensaje a estás horas sólo porque quiere hablar.

Con toda la flojera del mundo estira su brazo para agarrar el celular que está sobre la mesita de noche. Un mensaje de un número desconocido ¿quién podía ser? No había dado su número a nadie, sólo lo sabían un par de amigos y su familia.

Decide entrar al mensaje y leerlo, no entiende nada, lo lee más de tres veces pero sigue sin entender, lo más probable es que se hayan equivocado.

"Perdón por mandarte este mensaje a esta hora, sólo quería despedirme de ti, no me responderás, lo sé, pero no me importa, gracias por todo, contigo fui feliz, demasiado feliz, te amo."


¿Quién se despediría de alguien en plena madrugada?

Tratando de vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora