Resignada a estar una hora más en la escuela, tomó el desayuno que me había preparado mi madre y comienzo a devorarlo, no me importa estar sola, estoy acostumbrada, pero,¿por qué tenia la sospecha de que me observaban?, giré mi cabeza hacia arriba en el peor de los momentos, al estar en las mesas del exterior estaba expuesta y justo en ese momento un ave paso sobre mi dejando caer sus heces sobre mi cabeza, estaba segura de que nadie lo había visto pero no dejaba de ser humillante, en ese momento escucho una carcajada estruendosa, giro mi cabeza solo para encontrarme con el idiota de Nikolas.
- ¿De que te ríes?-preguntó molesta
- De ti, ¿de quién si no?- contesta entre risas.
Estoy molesta por el, por el pájaro y por lo que iba a hacer.
Empecé a llorar como una niña chiquita a la que le acabaran de tirar su dulce al suelo, al escucharme el dejo de reír y me miró sin saber que hacer, después de pensarlo unos segundos se acercó a mi y me dijo en un tono amable
- Tranquila,no pasa nada, no le contaré a nadie, ven, esto se resuelve fácil- intento tranquilizarme mientas nos conducía hasta el baño de damas.
- No puedes entrar, esta prohibido para los varones- le comento entre sollozos.
Me observa un poco divertido, - aquí no hay nadie que pueda vernos- me contesta-¿acaso tienes miedo de que intente algo?- me cuestiona con una media sonrisa en su rostro.
Levanto mi cabeza para observarlo mientras sopesó su pregunta, nunca le había prestado mucha atención, hasta ese preciso momento, será porque siempre me parecía alguien tonto, pero observándolo bien, no estaba nada mal.
Era alto, 1.82, no era muy fuerte pero sus músculos estaban bien desarrollados, era delgado pero no demasiado, su cabello era castaño oscuro,su nariz era perfecta, como la de un bombón, su sonrisa era tan tierna y transmitía tanta seguridad, sus dientes blancos como la nieve,un lunar justo donde se le hacía su hoyuelo, unos ojos de un café tan embriagante que podías perderte en ellos tratando de descubrir que era lo que pensaba, unas pequeñas arrugas se formaron a la altura de sus ojos mientras se reía, pude ver con detenimiento que sus pestañas eran muy largas y sus cejas tenían el tamaño justo sin necesidad de hacer cambios.
Un pequeño empujón me sacó de mi trance, sin darme cuenta habíamos entrado al baño y ahora él se disponía a ayudarme a lavar mi cabello, desate mi coleta para poder limpiar el desastre del ave, después de 5 minutos todo estaba listo, salimos del baño y le di las gracias.
Me miró detenidamente y me dijo: -¿ así es como le agradeces a alguien?
Lo mire confundida.
- ¿que más quieres?- lo interrogue con mi ceja levemente alzada.
Se acercó a mi quedando a unos centímetros de mi cara,sentí que me faltaba el aire y nada alrededor tenía sentido,cerré mis ojos pensando que me besaría como en las novelas que suelo leer. De la nada comenzó a reírse y ví como se comía el chocolate que había guardado de postre, me sentí molesta por actuar de esa manera, después de todo ¿por qué habría de besarme?, nos odiamos.
No pude ponerme mas roja que en ese momento y salí corriendo mientras el seguía riéndose.
Sonó la campana y me dirigí a clases ahí estaría lejos de él.
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¿Por qué yo?
Teen FictionNunca creí en las tontas historias que todos contaban donde el chico popular se enamora de la chica invisible, ni siquiera creía cuando personas reales contaban sus anécdotas de amor, inclusive me negaba cuando mencionaba que si molestabas a alguien...