La fábula del perro y la ardilla

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-¿Quién es es usted? - dijo la ardilla

-Soy quien le ayudará a sobrevivir en el bosque. - respondió el perro.

-No necesito de su presencia, como usted han venido muchos.

-Temo que me confunde con alguno de los zorros que han tocado su puerta. Nos necesitamos mutuamente, usted me necesita para ayudarle a sobrevivir de los peligros que le acechan en este lugar, y yo necesito de su ayuda pues hay lugares que no puedo alcanzar debido a mi tamaño y me sería muy útil su habilidad para conocer cada rincón de este mundo. A cambio le ofrezco una vida de aventuras, diversión, seguridad, tranquilidad, estabilidad y protección.

-Siga su camino si realmente valora su vida, pues estar conmigo puede atraerle mas problemas que soluciones. Esperaré a que venga una mejor opción más parecida a mi especie. Unos pasos adelante vive un búho que es más pequeño que yo y podrá ayudarle en lo que pide.

El perro entristecido siguió su camino y se encontró con el búho que sin pensarlo aceptó la propuesta del can, que aunque sabía no le ayudaría como esperaba, tendría una habilidad para ver desde las alturas su destino, pues ya había recorrido varias veces ese bosque. Con la ayuda del búho aprendieron juntos a cazar de día y noche. El búho perdió el miedo a salir de día y el perro a recorrer esos lugares obscuros y desconocidos que tanto pensaba en explorar, e hicieron una mancuerna increíble durante mucho tiempo.

La ardilla pereció dentro del árbol bajo la densa atmósfera de su soledad y nunca nadie supo que fue de ella.

Moraleja:

Si alguien te ofrece de su tiempo y ayuda, valóralo. Aprécialo. Disfrútalo y agradécelo. Te está regalando lo único que no podrá recuperar jamás.

A veces uno cree que llegará aquello que tanto queremos y tarde nos damos cuenta de que no se trata de esperar a que llegue, sino de que nosotros debemos buscarlo y en base a los principios compartidos, crearlo.

Una parte de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora