SUMMER NIGHT

Estaba tranquilo solo disfrutando del aire fresco de la noche que entraba por la ventana, el cálido verano ya hacia su acto de presencia. De un momento a otro sentí tus brazos rodear mi cintura, apenas si alcazabas la altura de mis hombros.
-Que tanto miras? – preguntaste curiosa buscando aquello que llamaba mi atención
-Nada, solo te esperaba – conteste girándome para quedar frente a ti. Coloque una mano sobre tu suave mejilla y deje vagar mi mirada por tu rostro, te veías tan hermosa con esa simple coleta en la que tomabas tu cabello y con algunos mechones rebeldes sueltos.
De pronto vi una pequeña gota rodar por tu frente señal del intenso calor del ambiente.
-Tienes calor cierto? – pregunte secándote la pequeña gota
-Si pero con prender la ventilación se me quita – respondiste con una sonrisa avergonzada separándote para dirigirte a realizar tu cometido.
Me quede como tonto embobado con tu andar, adoraba la belleza sutil que desde hace unos meses me pertenecía solo a mi.
El observar tu cuerpo de espaldas al mío y ver como ese delicado vestido turquesa que llevabas puesto se ajustaba perfecto a tus curvas, me hizo pensar en otra solución a nuestro pequeño inconveniente. Me acerque a ti sorprendiéndote cuando te tome en mis brazos sin previo aviso.
-Ummm…sabes? tengo una mejor idea – susurre mirándote a los ojos con picardía, sonreí al ver como te sonrojabas al notar mi mirada, sabia que presentías mis intenciones – ¿Quieres ir por un chapuzón? – propuse acercándome a tu oreja sintiendo el olor de tu perfume favorito
-La piscina del hotel esta cerrada a estas horas – fueron tus primeras palabras en un intento de excusa y tenias razón eran mas de las 11.00 pm, aun así no te escaparías
-Pero tenemos una tina aquí mismo – recorrí tu cuello acariciándolo suavemente con la punta de mi nariz, sentí claramente cuando temblaste por el escalofrío que te causo mi caricia
-Eres un pervertido – contestaste con una risita a los pocos segundos de temblar
-Pero uno que amas – afirme ese hecho mientras besaba con extrema delicadeza tu hombro, aun así logre que la delgada tira de tu vestido cayera a un lado permitiéndome saborear completamente tu bronceada piel.
Diste un suspiro largo al sentir el contacto de mis labios, para mi el escucharte suspirar era una adicción que nunca me saciaría...