Lo que vivimos.

Un nuevo reencuentro 2

—Lo siento, de verdad que yo no sabía que esto iba a pasar, pero lo que te dije es verdad. Te quiero y estoy dispuesto a decírselo a mis compañeros y gritárselo al mundo entero si es necesario.— Una sutil sonrisa se dibujó en los labios de Henry, ante las palabras de su novio. — Además se me está ocurriendo algo.

—Te escucho.

—Puedes quedarte aquí para la sesión de Fotos y venir el domingo a buscarme, te presento a mis compañeros pasamos la noche allí y nos volvemos el lunes. ¿Te parece?

—Me parece fantástico. —Dijo Henry besándole brevemente en los labios. Juan sonrío

—Te quiero — le guiñó un ojo y llamó a David Bisbal.

Al almeriense le extrañó la llamada de Juan Camus ¿habría cambiado de opinión respecto al reencuentro como ocurrió con el que habían hecho para la televisión? Con un suspiro de resignación descolgó.

—Juan, ¿qué tal?

—Bien, David, muy bien ¿y tú?

—Bien, también. Escucha que te llamaba porque estoy buscando una modelo femenina para mi nueva línea de Crystarella, mi firma de joyas y había pensado en tu novia.

—¿En Rosannilla?

—Claro, ¿cuántas novias tienes? —bromeó Juan. David río — Encaja perfectamente en el perfil que estamos buscando y es una buena oportunidad para que se dé a conocer aquí en Londres

—Muchas gracias por acordarte de ella, tío —dijo David sintiendo un poco culpable por haber pensado mal de él.

—Nada que agradecer. ¿A donde mandó el contrato?

—Mándaselo a mi representante.

David le pasó los datos y tras hablar un rato más colgaron.

—Rossanilla, ¿a que no sabes qué?—preguntó David saliendo al jardín donde estaba su novia

—¿Qué mi amor?

—Acaba de llamarme Juan, mi compañero de OT y me ha dicho quiere que protagonices una de sus campañas ¡en Londres!

Rossana se acercó a él llena de alegría

—Eso es maravilloso, mi amor. Rossana le abrazo y después depósito un apasionado beso en los labios de su novio, que no dudo en corresponder. Después mandó un mensaje a su representante informándole de todo para que estuviera pendiente.

No habían pasado ni dos horas cuando el móvil de David sonó.

—David, acabo de mandarte el contrato a tu e-mail. Esta todo correcto, ha tenido mucha suerte con que tu amigo la quiera en su campaña, va a ser muy ventajoso para ella. Dile que lo firme y lo envías escaneado a la dirección que te voy a mandar ahora.

—Perfecto, muchas gracias. No sabes la alegría que me das.

Después de colgar David y Rossana hicieron lo que su representante le había pedido.

Las chicas seguían de risas en casa de Laura, cuando el teléfono de Geno sonó

—Es Juan— informó antes de contestar —Dime, cariño.

—Asunto arreglado, ya tengo el contrato firmado por Rossana para varios fines de semana, el del reencuentro incluido.

—Ay que te como

Hablaron un rato más y, finalmente, colgaron.

—Asunto arreglado, chicas. Rossana ha firmado el contrato y estará en Londres el finde del reencuentro.

Rosa y Gisela aplaudieron y Chenoa sonreía aunque esa mirada no llegaba a sus ojos.

—¿Qué pasa, chiquilla?—preguntó Rosa al ser consciente de ello.

—Nada... ¿Qué va a pasar?

—¿Estas bien?—preguntó esta vez Gisela

—Perfectamente. Es que a mi me cuentan esto y no me lo creo

—Anda —dijo Geno —piensa en lo bien que nos lo vamos a pasar.

Chenoa sonrió y asintió aunque no dejaba de pensar si David estaría feliz o echaría de menos a Rossana, seguro que el habría preferido tenerla ahí... ¿O no?

—¿Sabes?— dijo Rosa sacándola de sus pensamientos — yo creo que entre David y tú aún queda algo.

—Eso está claro— apoyó Gisela

—Desde luego —coincidió Geno.

—Bueno con las románticas empedernidas, ¿podéis salir del cuento de hadas y venir al mundo real?

—Oye —protestó Geno —que yo se que es verdad

—Y yo —dijeron Rosa y Gisela

Chenoa rodó los ojos.

—Somos tus amigas ¿por qué no te sinceras con nosotras?

—Porque no hay nada con lo que sincerarse

Geno era muy clara y no pensaba quedarse callada

—Mira, aunque luego hayas intentado negarlo, todas sabemos que estás celosa de la novia de David y eso es porque sientes algo

—Exacto, y yo estoy segura de que a él le pasa igual. Seguro que ardió de celos cuando te emparejaron con Guapo.— Añadió Rosa

—Y que tiene escondidas las fotos de Interviú para "recrearse" —río Gisela.

—¿Podéis dejar de decir tonterías? De verdad yo ya no sé qué pensar ¿bromeais o lo decís en serio?

—En serio —dijeron las tres a la vez.

Chenoa negó con la cabeza medio resignada, medio divertida.

—Vaya ideas tenéis, estáis locas, os equivocais completamente. —Mintió Chenoa, pues bien sabía ella que lo que sus amigas decían era verdad. Al menos lo de Rosa y Geno.