Lobito

Para estas épocas la nieve siempre cubría las calles por completo. El viento soplaba fuertemente y las familias se reunían alrededor de una cálida chimenea.

Era 31 de diciembre y las personas terminaban apresurados sus trabajos para poder llegar a casa temprano y reunirse con su familia, amigos o tal vez en algún restaurant, a festejar el año nuevo.

En el segundo piso de una hermosa mansión de la clase más adinerada de Seúl, un pequeño de cabello azabache, pancita contra su alfombra, dibujaba en un cuaderno con algunos crayones de colores.
-SungMinnie...- murmuró la muchacha de unos veinti-tantos años, asomando su cabeza.

-¡Noona!- exclamó levantándose de pronto -¡Mira mi dibujo! ¡Mira, mira!- le mostraba el cuaderno saltando en el lugar. La chica ingresó tomándolo.
-¡Es muy hermoso SungMin! ¿Es un perrito? -se coloca en cunclillas a su lado, viendo el dibujo hecho a rayas marrones y negras, pero que dejaban ver fácilmente la forma de un perro.
-¡Sí! Mamá dijo que me dejaría elegir mi regalo de cumpleaños hoy y quiero un perrito- sonriendo tiernamente mientras seguía saltando como conejito alrededor de su niñera.

La mujer lanzó una leve risa y acarició los cabellos del pequeño una vez que se detuvo.

-¡TaeYeon!- entró una mujer un poco más grande que ella con vestimenta de trabajo -La señora desea hablar contigo- extendiéndole el teléfono.
-Gracias - le correspondió para luego colocarse el teléfono en el oído mientras SungMin frotaba su cabecita en el brazo de la chica-Diga-
"TaeYeon, necesito que te encargues de algo. Sé que te dije que saldrías temprano hoy para celebrar el año nuevo con tu familia, pero el señor Lee y yo estamos algo demorados ¿Podrías organizar todo para la cena familiar de esta noche? Está todo en la libreta de la oficina" decía la madre de SungMin por el otro lado.
-Si señora, no habrá problema-
"¡Eres la mejor! Los cocineros están informados de los platos a cocinar y de a cantidad de invitados, tú solo revisa que se haga lo de la lista y puedes irte"
-No se preocupe señora, tenga cuidado al volver- La chica cortó la llamada para dirigir su vista al pequeño que la miraba con ojitos tristes y un pucherito en sus labios.
-Mami vendrá tarde ¿cierto?-
-Si...lo siento. Sé que querías ir por tu regalo ahora- sonrió para acariciarle la mejilla.
-¡Yo quiero mi perrito!-protestó encaprichado.
-SungMin, tener un perrito es una gran responsabilidad ¿crees que podrás?- intentó distraerlo del tema.
-¿Por qué lo dices, noona?- su tono se volvió algo preocupado e inseguro.
-Si quieres tener un perrito deberás darle de comer, bañarlo, educarlo y darle mucho amor- decía contando con sus dedos ante la atenta mirada del pequeño-Y nunca abandonarlo-
-Ah...- el niño tomó su cuaderno y volteó la hoja a una blanca, levantó uno de sus crayones y volvió hacia su niñera-¡Lo anotaré! Así seré un buen amo - sonrió con ternura.

La chica le extendió la mano, levantándose.

-Ven, vamos a hacer lo que pidió tu madre mientras tomas nota-
El niño seguía con la sonrisa en su rostro y el cuadernito en sus manos.

Sungmin se encontraba sentado en una de las sillas del comedor, balanceaba sus piernitas que quedaban colgando de la silla mientras escribía en su cuaderno. Terminaba un dibujo de año nuevo para su noona, cuando escuchó llegar a su madre. Se dirigió a toda velocidad a la entrada, mientras oía a su niñera conversar con la recién llegada.
-Está nevando, TaeYeon ¿No quieres que te lleve el chofer?-insistía la mujer mientras la muchacha se colocaba el abrigo.
-No se preocupe señora, mi novio está llegando. Viene en el auto así que no habrá problema-
-Ah, me quedo más tranquila-

El niño se acercó con el papel doblado por la mitad extendiéndoselo a TaeYeon.
-Noona, toma-
-¿Es para mí? Eres un amor, SungMinnie- lo abrazó sintiendo los pequeños bracitos del menor rodearla. El pequeño se separó del agarre para tironear del saco de su madre.
-Mami mami- la llamaba con esa tierna vocecita-Vamos a comprar mi perrito-
-Lo siento SungMin, es tarde y todo debe estar cerrado ahora-