Esta historia está basada en una canción que he dejado en video aquí.
Flores marchitas.
Camino agrietado.
Cielo nublado.
Más nublado que nunca.
Basura en las calles.
Soledad.
Todo se desmorona.
Mi alrededor no es más que un montón de nada.
Nada sirve.
Nada funciona.
Nada debería ser así.
Mi vida tampoco.
Camino despacio.
Cierro los ojos.
Siento el viento en mi rostro.
Me vuela el cabello.
Todo cambia tan rápido.
Sigo avanzando.
Nunca imaginé esto.
No quiero seguir.
Respiro.
Irme.
La mejor opción.
¿Para qué seguir?
Ya acabó.
Para siempre.
Regreso.
Duermo.
Sueño.
Es todo distinto.
Todas las pesadillas se han ido.
Soy feliz.
Despierto.
Todo es igual.
Nada ha cambiado.
Sigo en esta soledad.
Me levanto.
Camino hacia el balcón.
Miro al cielo.
Es hermoso.
Estrellado.
Brillante.
Más que nunca.
Ha cambiado.
Miro el suelo.
¿Podría ser?
Vuelvo a mirar el cielo.
Mis heridas arden.
No físicamente.
Por dentro.
Me recuerdan.
Recuerdan lo que pasó.
Las miro.
Fijamente.
Recuerdo.
Pienso.
Vuelvo a mirar el cielo.
Ha cambiado.
Podría ser.
Ya no tengo miedo.
Esa es mi única esperanza.
Si yo sigo,
Cambiará.
Seguiré.
Dejaré que suceda.
Tengo que hacer que suceda.
