Affection

Capítulo 5: Nuestra historia

Martes 20:35 hrs

- Él siempre ha estado solo –Mencionó el de cabellos rubios mientras tomaba un sorbo de su té.

- ¿Hm? –Musito el Kazajo mientras preparaba un emparedado.

- Cuando nuestros padres murieron él ya estaba solo –Mencionó con un semblante nostálgico.- Sus padres eran famosos, prestigiosos, amados y odiados –Continuó dejando la taza sobre la mesa del comedor.- Cuando llegué a este hogar él lo primero que hizo fue preguntarme si quería jugar con él, no era un niño pero sentí que había perdido todo eso y que al verme pudo volver a sentir la niñez que perdió.

- Pero él siempre está sonriendo –El pelinegro tomó su comida y se sentó frente a Yuri.

- Él usa una máscara para ocultar su dolor, como todos en nuestras vidas, los humanos la usan también, es algo normal –Dirigió su mirada a la del chico frente a él.- Cuando nuestros padres murieron él no lloró, nunca lo he visto llorar hasta hace unos días que me comenzó a contar sobre ese japonés, estaba tan asustado de estar enamorándose conociendo su propia naturaleza, creo que se hace muchos problemas.

- No todos los humanos son comprensivos, Yuri –Le respondió ofreciéndole un trozo de su pan a Yurio.- ¿Quieres un poco?

- Ya cenamos, tengo que luego ir a beber un poco de plasma, gracias pero no –Le sonrió acomodando sus brazos en la mesa.- Nunca lo vi con una sonrisa tan grande antes, tu sabes que yo viajo también, usualmente cuando viene yo no estoy o solo estoy unos días, Makkachin de verdad ha sido su fiel compañía

- Han pasado trece años ¿Cierto? –Su semblante se volvió serio, llevando su mano alcanzando a la del más joven.

- Si, han pasado trece años desde que nuestros padres murieron –Sus ojos amenazaban con soltar más de una lágrima, sin embargo el tacto de la mano del mayor le calmo.

- Nunca me has contado realmente como llegaste a la vida de ellos, solo me contaste que eras adoptado, sin embargo también eres un vampiro –Mencionó mientras acariciaba lentamente con sus dedos las finas manos del menor.

- Muy dulce –Susurró sonrojado ante el contacto ajeno, dejó aquel sentimiento de lado para volver a hablar.- Sinceramente Victor es el que mejor sabe de esto, nunca me ha querido hablar del tema, dice que lo importante es que estoy aquí y que somos una familia. Mis padres me hicieron un vampiro cuando llegue a casa, esa es la verdad de mi actual naturaleza, querían tenerme con ellos siempre, aun si el destino quería lo contrario.

- ¿Solo te conformas con eso? –Preguntó causando incomodidad en el menor.

Hubo un silencio incomodo, Yuri no quería hablar, no quería entrar en detalles tampoco, aunque, la verdad era que no sabía mucho de su pasado; recordaba ciertas escenas de su niñez cuando jugaba junto a su hermano y a sus padres, algo tan hermoso y tan lejano que se quedó grabado en su corazón. Yuri con 15 años y pronto a sus 16 ha tenido que vivir muchas cosas, desde el tener que madurar rápidamente al igual que su hermano para poder enfrentar la vida, como también el tener que entrar a la vida escolar con poco apoyo; Victor no pasaba mucho tiempo con él por su trabajo, la llegada de Otabek en su vida fue lo que le permitió seguir adelante, tener a alguien que estaba a su lado constantemente era lo que necesitaba.

Victor cuando se enteró de que su hermano tenía un amigo le felicito, pero en el fondo tenía miedo, era verlos y saber que ese tipo de amistad era diferente, su hermano estaba enamorado pero solo ignoraba esos sentimientos; ¿Cómo podía negarle la felicidad? Dejó de lado el hecho de que la persona de quien se había enamorado Yuri era un humano y solo le dejó ser feliz, él era una persona que podía decidir sin restricciones. Al contrario de él, Victor tenía el peso del ser el heredero de la familia, al ser hijo único tenía que hacerse cargo de los negocios, mantener la mansión y aun así darse un tiempo para sus propios sueños. Los años se habían venido sobre él de forma precipitada, quitándole muchas cosas importantes, la más importante el amor. Se había desligado tanto de pensar en el amor como algo que tenía que llegar a sentir alguna vez en su vida, nunca le tomó importancia, después de todo tenía muchas cosas que hacer como para poder enamorarse.