Capítulo 3: Londres

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Imagen de Ariel en su forma humana.
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Fue algo extraño y fuera de lo esperado encontrarme a Leonardo otra vez, pensaba que no lo volvería a ver, y no tanto por el punto que lo extrañé, no, yo misma sentía que había pasado algo y no regresaría.

Un nuevo caso se había presentado justo el día de su llegada, pudo venir con nosotros por suerte. Este caso es grande, de verdad, ya ha pasado una semana y no hemos encontrado la ubicación de ese hombre. Se podría decir que su historia expresa justo lo que pasa a alguien cuando juega con lo que no debe. Según lo que su madre, quien encontramos en una cabaña cerca de las afueras de esta ciudad, nos dijo que desde pequeño le gustaba las historias de las brujas, fantasmas, duendes, cosas fuera de lo normal. Ella no tenía idea de lo que hacía su hijo en realidad. Un día, un amigo de su hijo llegó a su casa alterado diciendo que él se había vuelto loco, que estaba a punto de quemar la casa de una vecina para experimentar con las supuestas almas que quedarían dentro. ¿Creen que eso es normal?
Años después se le encontró en un campo donde solían jugar los niños, quedando en el centro del lugar se puso a repetir unas frases que había visto en una película de terror haciendo que la mayoría de los que estaban ahí empezaran a vomitar y a desmayarse, a excepción suya, claro. Eso es lo otro, no crean que porque las películas de terror fueron creadas por personas signifique que lo que salga ahí nada sea verdad. Frases, escenas, símbolos, lo que salga ahí puede ser real, no hay que fiarse de eso, no hay que repetirlo o dibujarlo, haciendo eso te estás metiendo en algo
que no sabrás cómo salir después.
En este momento estamos fuera de la casa de la señora, que le está informando a los que dirigen este grupo si conoce algún lugar al que pudo ir su hijo.

-b-bueno, no sé donde podría estar, pues de esta ciudad no salió en su vida y no creo que lo haga ahora.

-¿está segura de eso? -ella asintió con la cabeza, pero después se quedó pensativa.

-... oh, cuando tenía como los 15 ó 16 años, mi ex-esposo se lo llevó para que conociera Londres.

-con eso nos ayuda, muchas gracias, la tendremos informada -la señora volvió a asentir con la cabeza y se adentró a la casa cerrando la puerta. No, no puede ser ¡¿Londres?!

-¿Madi, estás bien? -se me acercó Leonardo y yo lo miré mostrando mi preocupación.

-L-Londres -él sabe de mi problema, cuando nos conocimos fue él quien me consoló y me dio fuerzas.

-o-oh verdad... tranquila, este es un grupo grande, si quieres no vayas.

-pero me llamaron para este caso, no pienso faltar!

-... bien, niña terca, entonces no dejaré que te separes de mí -al decir eso, sentí mis mejillas calentarse. Idiota ¿cómo puede decir cosas así?

-n-no exageres

-no lo hago, te quiero, así que lo haré.

-... de acuerdo -le sonreí.

***

Volví a casa para hacer una pequeña maleta y regresar con mis compañeros para ir a Londres.

-Ariel ¿te quedarás?

-tal vez

-eso no me tranquiliza~

-sabes que estaré contigo, siempre y cuando no estés en eso.

-está bien, gracias. -tomé la maleta, salí de la casa cerrando bien la puerta y subí a mi auto.

Dos Caminos. Una DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora