Desventuras bajo la lluvia, aventuras bajo tu techo

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El agua salpicaba gota a gota el suelo, humedeciendo todo aquello que rozaba.

El ambiente se veía envuelto por el sonido ensordecedor de la lluvia, con un leve murmullo de fondo de coches transitando por las carreteras. A su vez, unas suelas pisaban acompasadamente la ya empapada acera, mostrando con su acelerada melodía la prisa que tenía el dueño de esos pasos.

Solo una persona caminaba por la calle con ese temporal. El agua se colaba por su chaqueta, traspasando cualquier capa que se le pusiera por delante. El frío le alcanzaba hasta los huesos.

Cada pisada era una nueva mojadura. Más que llover, diluviaba. No recordaba haber sido testigo de una lluvia tan fuerte antes, al menos no que le sorprendiera en plena calle.

Se había acumulado tanta agua que le llegaba hasta el tobillo. Tal vez debió escoger otro camino más llano... Ya era tarde para eso.

¿En qué momento había decidido salir sin coche? "Solo chispea, no pasará nada por bajar en metro y andar un poco hasta la consulta del médico", recordaba con ironía y frustración lo que había pensado hace tan solo un par de horas.

Todoroki ya sentía húmeda cada parte de su piel, y tan solo deseaba que su móvil resultara indemne de todo esto. Ojalá el bolsillo de su pantalón pudiera proporcionarle la protección necesaria.

Las gotas se deslizaban por su frente, terminando en sus cejas, pestañas y finalmente ojos, donde lo único que hacían era entorpecer su visión.

La capucha que llevaba de poco servía. Entre la fuerza de la lluvia y la del viento, constantemente era echada hacia atrás y dejaba a la vista sus hermosas y mojadas hebras bicolores.

Aunque parezca mentira, no estaba cabreado. Antes sí lo había estado, pero en este momento se limitaba a resignarse. No sabía cómo ni cuándo volvería a casa, y la verdad es que ambas preguntas danzaban en su mente haciéndole sentir abatido.

Anduvo sin pausa durante largos minutos ante las inclemencias del tiempo, que parecían pretender que se diera por vencido y se abandonara a su suerte.

Y en realidad... ¿a dónde se dirigía? El metro quedaba a una media hora a pie, que posiblemente se alargaría tal y como estaba el temporal. Quién sabe si sería capaz de llegar... Había visto más de una vez en las noticias casos en los que el agua había arrastrado consigo a personas. Tan solo deseaba que no llegase a darse esa situación.

En caso de conseguir acabar en el andén, nadie le libraría de un inminente resfriado, con suerte de que no derivara a algo peor.

En contra de todo pronóstico, logró encender un cigarrillo. Él no fumaba apenas, pero ahora mismo necesitaba fundirse por un segundo con la nicotina.

No tardó mucho en ahogarse entre sus manos el cigarro y resultar inservible, pero unas pocas caladas habían sido lo que él requería en ese momento.

Se sentía como aquel cigarrillo. Fuera de lugar, incapaz de conseguir nada y apagándose poco a poco ante las inclemencias. Lo desechó al suelo y observó cómo rápidamente se iba por la corriente que el agua ya había creado.

Se preguntó cuánto tiempo tardaría en conseguir arrastrarlo a él también.

En un determinado momento, su pie se hundió en un agujero que había en la acera y que, al estar cubierto por el agua, no había alcanzado a ver, y descuidadamente tropezó lesionándose el tobillo.

–Mierda — Masculló aún arrodillado en el suelo — Hoy no es mi día.

Intentó levantarse, y notó un intenso dolor en la zona recientemente herida. No sabía hasta qué punto podía haberse dañado hasta ese preciso instante en el cual ni siquiera pudo ponerse en pie.

Tododeku ~ Desventuras bajo la lluvia, aventuras bajo tu techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora