Blanco

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Ese era su mejor oportunidad para aclarar las cosas de una vez por todas, solo tenía que caminar unas cuadras más llegar a Scepter 4, hablar con Saruhiko... ¿Qué se supone que iba a decirle? Lleva evitándolo desde el 14 ¿Qué diablos va a decirle?

14 de febrero

Podría decir que llego triunfante a Homra, le entrego a Saruhiko los chocolates y el había obtenido los suyos, todo iba bien, el bar estaba lleno para variar, ayudo a Kusanagi con los clientes un buen rato hasta que por un momento hubo tiempo muerto.

Los únicos dos clientes eran una pareja que en realidad llevaban casi toda la tarde allí, tomando sus tragos con lentitud platicando amenamente, pidiendo algún postre a veces para acompañar, ajenos completamente a todo el alboroto que paso por el bar.

De cierta forma Misaki al verlos la primera persona que recordó fue a Saruhiko, ellos podían pasar las tardes así, hablando de cualquier tontería, comiendo algún snack y de repente ya se les hacía de noche quizás por esa razón sentía un poco de envidia hacia esa pareja que podía llevarse incluso toda la noche hablando o compartiendo pequeños silencios agradables...como el alguna vez pudo hacer con cierto chico de lentes y chasquido particular.

-¿Cómo te fue Yata-chan?-el dueño que por fin tenía una oportunidad para hacer todo con más calma

-me fue bien, Kusanagi-san –contesto alegre, sacando su paquete de chocolates

-viendo la caja, creo que no lograste entregarlos a Fushimi –lo dijo con cierta pena pues reconocía el papel azul pero aun así el más bajito se sonrojo

-Si los entregue, lo encontré de camino y me dio esto aunque actuaba un poco raro

-ya veo-suspiro negando con la cabeza un poco, de nueva cuenta tendría que ver como los sentimientos del tercero al mando eran rotos

Estaba rompiendo el papel azul sin prestarle atención cuando Ana apareció sentándose a su lado

-Hola Ana- le saludo pero ella simplemente tomo la caja con el papel algo roto ya

-Yo lo hago, Misaki

-ah... ¿ok?

Ana, con suavidad empezó a quitar lentamente el papel que aun no era roto, alisando cada pliegue con sus manos. Para Misaki era extraño que la albina hiciera eso quizás era porque estaba creciendo lo atribuyo a eso por lo que simplemente espero a que terminara de desenvolver el regalo.

La caja fue movida casi como si de un objeto importante y frágil se tratara, a la vanguardia le estaban entrando ansias ¿era necesario tanta delicadeza y presentación para abrir una simple caja? Y cuando finalmente le fue entregada la caja donde estaban los chocolates, distinguió algo

-¿Qué dice eso?-no lograba leer que decía allí pero de alguna forma lo atribuyo a papel reciclado

-debes leerlo Misaki –la chica pasó con cuidado el papel donde por fin Yata podría leer

-¿ah?

Se quedo congelado, sin comprender muy bien lo que estaba escrito, leyendo carácter por carácter pensando en mil formas de interpretarlos de manera diferente a lo que obviamente decía, su mente se bloqueo no era capaz de relacionar nada

-parece que por fin lo ha captado

-al fin- exclamo Kusanagi, sacando su teléfono para inmortalizar el momento en que Yata Misaki al fin era iluminado, planeando de una vez en que parte de la pared iba a colgar la foto ¿debía buscar un marco llamativo? ¿De qué tamaño mandaría imprimir la fotografía? ¿Se vería extraño si era muy grande o debía ser discreto?

White DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora