¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para ustedes
Noicel
Sentí la suave textura del pincel por mi pecho, traté de que los nervios se mantuvieran a raya, tomando respiraciones profundas o tratar de no pensar en lo que me esperaba cuando saliera afuera.
Yo me convertiría en Alpha.
Alpha de la manada Novak, ese era el nombre de nuestro fundador, y como dice la tradición, la manada tendrá el nombre de su primer Alpha.
Estiré el brazo, dejando que lo pintaran con los símbolos de la Luna, las flores traslucidas se hacían pintura, que bajo la luz de la Luna brillaba.
Probablemente Medow se vería preciosa.
Mis manos temblaron.
Desde hoy el Siglo del Alpha Noicel comenzaba, junto con mi Luna.
Mi Medow.
Yo estaba listo para esto.
Observé como empezaba a caer la noche, me recorrió un escalofrío cuando sentí el pincel en mi espalda baja, o quizás fue por los nervios.
Sentí el olor de mi padre y luego entró en mi campo de visión, sus ojos brillantes y llenos de confianza.
Confianza en mí.
-Ya casi. -dijo mi madre pasando en pincel por uno de mis hombros.-Listo.
Le di un beso a mi madre y le dije que necesitaba un poco de aire, así que fui al bosque.
Medow
Estoy aterrada.
Un escalofrío me invadió al ver a mi mamá entrando con mi ropa.
Me coloqué la falda, la tela tan suave y delgada que parecía flotar, por suerte, eran varias capas, así no se traslucía.
Subí los brazos para que mamá amarrara la parte de arriba, no parecía más que un trozo, de la misma tela suave, de color gris claro. Me puse mi corona de flores de Luna y observé los símbolos que cubrían mi cuerpo.
Los nervios y las ganas de vomitar volvieron.
Miré mis pies delcazos tratando de distraerme.
-Lo harás. -escuché decir a mi madre.- Serás la Luna más amable, cálida y perseverante que nos dirija, ah, y probablemente la más bajita.
Me reí de su chiste.
Tomé sus manos y las besé.
Mi mamá miró mi rostro, se veía tan concentrada que no moví ni un dedo, tomó un larga respiración y habló;
-Lamento haber pensado alguna vez que este no era tu lugar, que no serías capaz de adaptarte y que te sentirías rechazada. No debí, pero tenía tanto miedo, porque te amo.
