¿Quién es mi novio? (Riker Lynch Y Tú)

Capítulo 23

Dichoso Viernes, tan bonito el día , el ambiente esta tan relajado en este momento.

Ahora me encuentro camino a la escuela siendo llevada por mamá, el día de hoy elegí usar la playera de arcoiris junto un pantalón de mezclilla y para "combinar" unos zapatos y un chaleco rosa claro.

Al llegar a la puerta de la escuela percató que Fernanda me esta esperando y no quería entrar hasta que yo llegara, después entramos al salón.

-_____!

-¿Si?

-Ten, traigo otro cupón de promoción de la biblioteca.

-Muchas gracias amiga de las promociones

-Es un placer querida –me dijo ella riendo.

Y de hecho todas las clases antes del receso fueron así, nos la pasamos riendo, por suerte ningun maestro venía de amargado y ni una vez no llamaron la atención, habían muchos chistes malos que contaba Fernanda pero aún así a mi me dan demasiado risa, y mi risa le da risa a Fernanda, es un hermoso ciclo de locura.

En el receso como ya lo había previsto en la mañana, el día estaba increíble y el cielo se veía magnífico que se nos ocurrió darle forma a las nubes y por rara ocasión pedimos en la cafetería limonada con agua mineral y nugets.

Las últimas horas de clase estuvieron realmente interesantes, de vez en cuando a la maestra Margaret se le ocurre explicar de una manera especial y esta fue una de esas veces.

En la salida busqué a Riker, quien estaba distraído escuchando música con sus audífonos pero una vez me acerque a él para sacarlo de ese "transe de distracción" me saludo gustoso con un beso y me acompaño a la estética como un día antes lo habíamos planeado.

Llegué a la estética y la señora comenzó su trabajo, esta estética la frecuento desde hace 6 años y la señora ya me conoce muy bien, quería un cambio de look, pero lo más importante es que necesitaba mi cabello corto, ya no podía aguantarlo largo un dia más. Riker solo se quedó en las sillas observando; cuando la señora acabó mi corte y le pagé, él me vio fascinado, yo viendome en el espejo realmente podía decir que me encanto mi corte –dividido en desigual y de largo hasta los hombros con un par de cabellos cortados a la distancia del rostro– pero se me hacía de cierta forma rara e incomoda la forma en la que me miraba Riker, por un momento me sentí como un alíen de color dorado hasta que por habló.

-Quedaste fenomenal! Siempre me sorprendes, ahora te acompaño a tu casa –me dijó con su sonrisa particular.