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Pase por los pasillos desolados. No me sorprendía demasiado ya que eran las 5:00 de la tarde, la escuela estaría vacía a excepción de los grupos que se reunían a esta hora.

Obviamente uno de los grupos mas recientes sería al que me dirigía. Tenia mucho miedo, ¿qué digo? Sentía muchas cosas ademas de simple miedo. Todavía cabía en mi cabeza la duda de si sería un juego, si tal vez solo me engañaban. 

Me centre en el camino y paso a paso veía como la puerta, de aquel lugar donde decía el volante, estaba el club de los marginados. ¿Enserio soy una marginada? ¿una incomprendida? Sé que soy diferente, mas que saberlo por mi misma, es lo que siempre me han dicho. Siempre he pensado que las personas tienen problemas por mas pequeños que sean, lo tienen. Pero mis problemas eran mayores que pequeño y no sé como controlarlos. 

Posiblemente esto sea una mentira, tal vez, pero en el fondo quiero que sea en verdad el club que espero. Quiero encontrar a la personas, que miren mas allá de mi apariencia. 

Sin darme cuenta, hundida en mis pensamientos, ya estaba frente a la puerta que cambiaría mi vida de muchas formas. Estuve divagando si entrar o no, pero al final me decidí en hacerlo. Cojo la perilla y la giro, la cual chilla un poco. Empujo la puerta y entro.

Miro, todo esta oscuro, demasiado para mi gusto. Algo me decía en mi interior que no entrara, pero me arriesgue a callarla cuando di el primer paso hacia dentro. La puerta se cerro y quede en la dicha oscuridad. El miedo me invadió.

Aun con miedo, me adentré mas a lo que se suponía que era la habitación a oscuras y al caminar e no ver nada de por donde caminaba, termine en el suelo. Me había tropezado.

 — ¡¿Que fue eso?!  Se escucho. Al parecer una voz masculina.

 — ¡Te dije que no apagaras la luz, Camren! —  Dijo una voz, femenina algo chillona.

¿Camren?  ¿qué?

Es que así se ve mas cool.

Sentí como la luz alumbraba mi cara, al parecer habían encendido la luz. Vi cuatro siluetas, dos chicos y dos chicas. Estaba confundida, jamás en mi vida los había visto. Aunque parecían de mi misma edad, no los había visto jamás. 

 Ven, yo te ayudo. — Dijo, uno de los dos chicos que estaban presentes. Tendiéndome su mano.

La tome y este me ayudo a ponerme de pie. Al menos son amables, bueno, por lo menos él. 

 Oye, yo te conozco. ¿Tu eres Kiara, verdad?— Dijo la chica de cabello azabache y ojos oscuros.

¿Cómo me conoces? — Dije confundida.

 ¿Cómo no conocerte? ¡Si eres la chica que todos consideran fea!

Sentí como una punzada en el corazón. ¿Enserio? ¿otra vez con lo mismo? Trague en seco.

 Si, esa misma. — Dije, lamentándome por venir a ese clud. ¿Y tu eres?

  Antes de presentaciones, apresuradas, debemos hacer el circulo. ¡Esta es nuestra primera reunión como clud oficial!  Dijo la chica de cabello blanco. 

Todos se dirigieron a los asientos puestos en círculos. Por un momento me quería ir, pero no sé lo que no me detuvo a hacerlo. Los seguí y me senté al lado del chico que había sido amable conmigo antes.  

 ¡Hola a todos! Hoy estamos aquí presentes, para estar en la primera reunión oficial del clud de los marginados. Para conocernos tenemos que presentarnos cada uno. Esto es lo que harán, cada uno dirá su nombre, edad, el por qué están aquí y son marginados. Comenzaremos por orden de sillas y la primera es, Camren. — Dijo la chica de cabello azabache. 

La ya mencionada. Venía vestida con una ramera azul y su distinto e único color de pelo blanco del que nunca había visto en mi vida. 

 Hola, bueno, no sé exactamente hacer una presentación divertida o algo así. — Se le escapo una sonrisa —. Mi nombre es Camren, ya mencionado. Tengo 16 años y el por qué estoy aquí es porque soy lesbiana, si lo soy, y no me avergüenza. Pero la sociedad no piensa lo mismo y me han marginado desde que me declaré homosexual. Solo quiero que alguien me entienda, alguien que no me juzgue por lo que soy. Vine aquí para hacer amigos, tal vez como yo. — Dijo esta mirando hacia un lado y se sentó en su lugar. 

El chico que estaba callado en un rincón se paro, pues era su turno de hablar. 

 ¿Hola? Bueno, mi nombre es Luis, tengo 16 años y soy marginado por la única e exclusiva razón de que no me gustan los deportes, ni esas cosas. No soy nerd, pues tampoco para tanto, pero si me gusta la lectura, la aventura. Los chicos aquí ninguno me comprende, porque creen que soy un mongolo o estúpido, hasta nerd. Solo vine aquí porque al igual que Camren quería amigos que no me juzgaran por quien soy.  Suspiro y se sentó. 

Vi como la chica de cabello azabache hacia una seña con las manos apuntando a el chico que había sido amable conmigo al levantarme. Era su turno.

Este, no se paro ni nada. Se quedo sentado como si no le importara. 

Mi nombre es Kyl, Kyl Larez. Tengo 17. Me da vagancia pararme de aquí, y no me importa si mi hermana Margot me obliga a levantarme o me mira fulminante, pues no me levantare. Mi hermana me obligo a venir y no es que tenga el deseo, pero tenia que hablarlo con alguien que no fuera mi hermana. Escondo un secreto que he guardado con mucha cautela. —Se aclara la garganta antes de continuar—. Soy Gay, sí, sí. Tal vez suene trillado, pero me da miedo contárselo a alguien y que no me acepte como soy por no gustarme las niñas. No quiero que me traten diferente, pero quiero que me traten como soy. Creo que todos somos marginados por las personas, por la sociedad. 

Ya veo que la chica de cabello azabache, con la que hable, su nombre es Margot. Esta reunión sera larga por lo que veo. Pero es mi turno de hablar.  

...


//Mongolo//: Persona, tonta o considerada de un modo diferente, idiota por pensar diferente o decir cosas que para un individuo no son normales. 

Quisiera cambiar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora