Capítulo 1

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Mi departamento jamas ha sido el mas ordenado. Yo jamas he sido ordenada. Pero mi hermana... Ella es otra historia.

Juro que el olor a podrido que expiraba nuestro apartamento, era detectable desde las escaleras del cuarto piso. Y eso que vivimos en el noveno.

El departamento de las hermanas Daeyvar era el que siempre mas multas y llamados de atención tenia. Y Jean era la culpable.

Claro que si yo fuera vecina de un escandaloso par de adolescentes, también solicitaría a el conserje que llamara a la policía.

Pero cuando a mi me tocaba hacerle la cara bonita a los reclamos era una historia diferente de paciencia y practica.

La gente no entendía esa parte.

Entre a las 8 y media de la mañana por la puerta principal que daba a la cocina de mi hogar donde probablemente se hallaban mas de 3 distintos tipos de olores: vomito reseco, botella de alcohol chorreantes en el suelo de madera, y cigarro (con algo de suerte) de tabaco.

Si solo mama estuviera en la ciudad para arreglar este desastre por mi. Y no me refería a el departamento. Me refería a ella. A ese cuerpo hembra revolcado sobre vasos y sabanas en el sillón. Con melena rubia y el maquillaje corrido. Es desastre me refería.

Tomando una bocanada de aire me sumergí en la cocina. Dejé mi bolso en un espacio decentemente limpio de la mesa (lo que podía ser considerado un milagro) y recogí los vasos plásticos, los pedazos de vidrio de un plato de cerámica, las botellas vacías de cerveza y tequila, sobre colapse el basurero en desechos tóxicos que no quería ni imaginar el daño que podían masificar si seguían a mas de 10 metros de mis orificios nasales.

Esto era la rutina.

Barrí el suelo.

Desinfecte el inodoro del baño de visitas.

Pase por mi habitación para asegurarme que continuara cerrada... Luego de un tiempo de vivir con Jean, comprendes la comodidad de un cerrojo de primera.

Las sabanas de la habitación de Jean estaban arrugadas y la cama deshecha... No me dio buena espina ese indicio y no quise ni saber que cuerpos habían esas sabanas.

Luego de una excavación profunda entre los destrozos y de abrir cada una de las ventanas en este apartamento con la esperanza de reprimir ese olor agrio, me senté junto al cuerpo inmóvil de mi hermana.

Antes, cuando la vida de Jean comenzaba a penas a caracterizarse por emborracharse todas las noches, me asustaba deberás al encontrarla así.

Ahora solo sabía que debía tenerle preparada un paquete de aspirinas fuerte, un cafe y una ducha fría.

Me eche con fuerza sobre la colcha de aun lado a ella. Sus brazos y torso saltaron por mi peso, y dejaron entrever su rostro pálido. Las ojeras grandes y oscuras.

Se veía mal.

Le cubrí el cuerpo con una manta y tomé mi teléfono.

Llamé a Susie

- Del uno al diez, cuanto crees que este calificada para atender como asistente de limpieza profesional. - le pregunté sarcástica, dandole a entender todo el trabajo que había estado haciendo.

- Probable un 11. - respondió. Yo sonreí. - tengo una buena noticia, haber si te sube el animo. - esperé en silencio. - vaya, vaya... Publico difícil. - ok, eso si fue algo mas alegre así que solté una risita. - Mañana es el día de las audiciones. - soltó.

Mi boca se abrió de par en par.

- No juegues. - le advertí.

- Hablo enserio. - dijo en voz baja. - mañana en la mañana a las 9 en punto los modelos estarán parados frente a mi escritorio mientras intentan impresionarme.

- ImpresionarNOS. - recalqué. - no existe una posibilidad en el mundo que me pierda ese espectáculo.

- Así me lo imaginé. Mama ya a organizado los diálogos para que tu audiciones como reemplazo de tu hermana, ya que probablemente ni se presente... - explicó ella.

Dios, odiaba cuando la madre de Suz me arrojaba el papel de mi hermana solo por ser su clon gemelo.

- Ni que lo digas. Probable que la vaga de Jean hiberne hasta el siguiente invierno. Jamas la había visto con esta cara de caña. Seguramente ayer bebió demasiado. - Suz asintió con un sonido agudo por el auricular. - ni se si podré hacer que se levante para ducharse o... Comer.

- Quizá esté muerta. - ironizó Suz.

Yo reí.

Cheque su pulso.

La sonrisa se me apagó.

¿Enamorado?... Se llama actuarWhere stories live. Discover now