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Nunca había sentido tanta tranquilidad como la que estaba presenciando ahora, mientras acariciaba el cabello de Saint. Hacía como quince minutos que se había dormido luego de haber llorado como por una hora, y yo acompañarlo al no saber qué sucedía.

Y como le había prometido a Lucy que le llamaría por si necesitaba algo, eso hice. Creo que ella se asustó tanto al escuchar mi llanto y el de mi bebé de fondo. Fue simple: tal vez tenga cólicos. Y sí, al parecer tenía eso pero con un antibiótico formulado para bebés, todo acabo.

Suspiré. Aún seguía sin creer la noticia de que este bebé era mío. Ahora más que nunca necesitaba de mi trabajo si quería sacarlo adelante. Solo esperaba que Michael aún me aceptara después de haber faltado como por dos meses, o bueno, hacer el trabajo desde casa por ese tiempo.

Unos golpes en la puerta comenzaron a sonar sin detenerse. Frunciendo el ceño, coloque almohadas alrededor de mi bebé y salí de la habitación para hacer callar a esa persona, quien ni siquiera sabía que mi hijo dormía tranquilamente y no fue nada fácil hacerlo dormir.

—Voy, caray.— dije. Quite el seguro de la puerta y abrí.

Ethan estaba ahí con cara de confundido.

—Pero si sigues pasada de peso.— exclamó.

Yo lo mire, frunciendo el ceño y ofendida.

—¿Perdón?

—Que sigues gorda.— dijo y abrí mi boca— O sea, uhm, gorda de embarazada, ¿entiendes? De ese tipo de gorda.— explicó, mientras movía sus manos.

¡Era lógico que siguiera así! De un día para otro mi cuerpo no iba a ponerse como anteriormente estaba. No era una chica famosa como las que salían en la televisión y que deprisa recuperaban su figura.

—¡¿Y eso que?!— pregunte todavía ofendida, tratando de no alzar la voz.

—¡Qué esto no puede ser tuyo! ¡No aún!— chillo, enseñándome la foto de Saint.

Inhale y exhale. Luego lo mire de nuevo.

—Es mi hijo.

—¿Qué?

—Es mi hijo. Ha nacido y tiene un día.— sonreí al recordarlo.

—¿Qué mierda, _______? No pudo haber nacido, ¿no que le faltaba? Estas jugando, ¿verdad? Porque lo parece por esto.— dijo y se acercó a tocar mi vientre aún hinchado. Le di un manotazo.

—No seas idiota. Estoy diciendo la verdad. Es simple, se adelantó.— me encogí de hombros.

—¿Se adelantó? ¡¿Se adelantó?! ¡¿Y por qué no me avisaste?!— exclamó, mientras entraba al departamento. Cerré la puerta, rodé los ojos y después me volteé hacia él.

—Entre en pánico, ¿vale? Y fue una señora junto a su hija quien me ayudaron para que Saint llegara al mundo. No pensé en nada más que en estar preocupada porque aún faltaba para que él naciera.

—¿Saint? Que cool.— sonrió y se cruzó de brazos, suspirando— Me hubiese gustado estar ahí para ti, cariño. Tú bien sabes que tenías todo mi apoyo para el día en que nuestro bebé naciera.

Tragué saliva al escucharlo referirse de esa manera a mi hijo. Quería a Ethan, pero no para que fuera el padre de mi hijo, apenas estábamos comenzando y eran contadas las veces en que nos veíamos.

—Y yo estaría muy agradecida contigo por ese gesto hacia mi bebé, sin embargo, todo fue tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a Saint en mis brazos.— sonreí enternecida.

FATHER - JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora