Algunas veces me senté en la silla que siempre está posada al lado de mi pequeña mesa de trabajo.
Otras más simplemente esperaba recostada en mi muy cómoda cama.
Y otras tantas frente la puerta de mi habitación.
Siempre con la esperanza de un mensaje.
De un mensaje sin esos silencios a los que acostumbrabas.
Siempre te esperaba, dispuesta una vez más.
Así sencillo sin tanto amar.
No se si eras tú o tus ganas de amar las que me ataban a ti.
O si era esa manera tan extraña de posar frente a mi.
Tal vez fue tu indiferencia lo que me hacía necesitar.
Necesitar de tí.
De tu vida.
Tus palabras.
No sé, y nunca lo sabré porque de pronto te necesitaba.
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Sólo para Él
RomanceCuando llegas a cierta edad te das cuenta que los amores tan cambiando, se van modificando, ya no te enamoras de una manera tan fácil,ya no te mueres por nadie, incluso ya no amas a nadie, por una y mil razones. Pero también te das cuenta que cuando...