No eran sus ojos negros ni su manera tan peculiar de hablar.
Era su mirada sobre la mía,eran sus gestos al pronunciar amor.
No era su cuerpo ni sus besos.
Era su forma de tomarme en brazos y su manera de protegerme de mí.
No era nada parecido a la realidad, era más bien un sueño.
Un sueño sin pies ni cabeza, que terminó en el infinito, en el espacio, en una realidad alterna, en una inexistencia.
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Sólo para Él
RomanceCuando llegas a cierta edad te das cuenta que los amores tan cambiando, se van modificando, ya no te enamoras de una manera tan fácil,ya no te mueres por nadie, incluso ya no amas a nadie, por una y mil razones. Pero también te das cuenta que cuando...