Una carta que jamas se leera.

Para un gran amor (Cuando dices adiós, pero no sabes como dejarlo ir)

No puedo negar que estoy enamorado de la casualidad de haberte encontrado dentro de lo que me hacía falta conocer, y al mirarte por primera vez vulnerable y débil ante mi poder; observar a una niña tímida lastimada y asustada cubierta con un cobertor, una niña que fue obligada a madurar, solo te puedo decir esto...

No te merecías eso, no te merecías nada de eso, y nunca fue tu culpa.

Palabras que tú ya deberías tener en cuenta, y si no, te las digo en este momento y te las repito hasta el cansancio, siempre serás esa lección de valentía y fuerza que nadie me había enseñado, serás esa mezcla de lo que amo y lo que duele, porque si, te amo, llevo bastante tiempo queriéndote, asi que me siento con la potestad de decirte que te amo, como hoy ya no se ama, te amo con la mano sudada, te amo con besos en la mejilla, te amo aun cuando tú no te llagaras a amar, te amo y esto es algo que no es fácil de callar, te amo con la pasión de mis manos, con imaginar que las curvas de mi guitarra son tus caderas y que ahí estoy en mi propio edén, te amo de esta manera, de mi manera de amar, te amo con cartas perfumadas, con rosas de papel y peluches que quizá aún conserves, te amo con las poesías que salen de mis cuerdas vocales para poder pasar por tus oídos y convertirse en una eternidad de años sin tu amor, te amo con esta poesía que tal vez ni yo entienda, pero tal como ella eres tú, no las entiendo pero las amo, a ti y a las ideas que generas en mí, a esas teorías extrañas que al filosofarlas suenan lógicas, teorías que siempre llevaran tu cabello corriendo entre destellos, te amo y te juro que es él te amo más sincero que jamás diré en mi vida hasta ahora.

Tú no eres mi vida, no podría llamarte de ninguna manera asi, porque tu vales más que ese desastre, ese desastre al cual le pusiste una anarquía tan tranquila, que por cierto era muy divertida, te amo y te extraño como esos recuerdos de ti, junto a mí, de cuando habría dado mi vida por verte feliz, tal como lo escuchas, tan pequeño y tonto pero lo habría hecho, o tal vez, tal vez es solo una cursilería más de las que se dicen ahora, antes tal vez no lo hubiera hecho; pero ahora, el día de hoy lo haría las veces que fueran necesarias, y resucitaría solo para verte entre mis almohadas, durmiendo tan tranquila que parecería que nada estaba sucediendo.

Pero ya no tiene caso si no volverás, seré solo un extraño al que solías frecuentar, extraño que por más raro que parezca no te ha dejado de amar. No porque no pueda simplemente no quiere renunciar a lo mejor que ha pasado en sus días.

Hasta que el destino nos quiera volver a juntar.

Hasta siempre, amor de mi vida... hasta siempre.