Narra Jason
Habían pasado dos semanas. La casa se sentía muy vacía sin Skyler. Había faltado un par de días al colegio, simplemente porque Asher tampoco venía. Y él era la razón por la que iba al instituto.
Siempre he sido de mente abierta, y no voy a mentir a na... no me voy a mentir a mí mismo; Asher me gusta.
Yo sufría de unos pequeños, bastante grandes, ataques de ira. Salían a flote cuando alguno de mis amigos se pasaban de la raya.
A ellos les gustaba jugar, pero a mí no me gustaba el juego. Entré en una gran depresión cuando supe que Asher había estado apunto de fallecer. También golpeaba, todos los días, las paredes de la casa hasta que mis nudillos comenzaran a sangrar.
Me encantaría no haber sufrido tanto por mi madre. Que se quedase ahí, en una pérdida más. Me encantaría poder acariciar las siempre sonrojadas mejillas de Asher, acariciarle su moreno cabello y escucharlo tartamudear cuando está nervioso.
Pero no, tuve que convertirme en eso. Me convertí en la muerte de mi madre. Bostecé y me estiré en la cama, miré el reloj en la mesilla de noche, eran las seis de la mañana. Me encogí mentalmente de hombros, creo que iba a ir finalmente al instituto.
Poco más de una hora después me encontraba caminado hacia el colegio. Entré fantasmalmente por las puertas principales del centro. Me coloqué nerviosamente la mochila en los hombros cuando sonó el timbre. Pasé por la puerta del aula y me senté en la segunda fila, las demás estaban llenas.
Levanté la cabeza cuando dos sombras aparecieron en la clase. Me quedé observando, admirando, a Asher. El cual sonreía acompañado de un chico. Mis nudillos se pusieron blancos de la presión que hice en el borde de la mesa. No me importaba que pasara tiempo con sus amigos, al contrario, me hacía feliz verlo sonreír.
Pero él no. Él le ha hecho más daño del que yo podré hacerle jamás. Me pasé todas las demás clases, porque en todas estábamos los tres, bufando. Cuando al fin sonó el timbre, me levanté rápidamente y salí a la misma velocidad del aula.
~♛♛♛~
Suspiré aliviado cuando terminé de orinar. Abrí la puerta del baño, salí y me choqué contra alguien, cayendo las cosas del último al suelo. Miré el pequeño cuerpo que estaba en éste, Asher. Me miró a los ojos con miedo, se sonrojó y comenzó a temblar. Se levantó.
-L-lo siento. -murmuró y comenzó a recoger sus cosas. Sonreí tiernamente. Miré hacia atrás y mi sonrisa se borró. Siguió susurrando más «lo siento». Me acerqué a su oído cuando se levantó otra vez.
-Vete de aquí, por favor. -le susurré rogando. Me miró con confusión y más miedo que antes, pero hizo caso a mis palabras y salió corriendo. Me mordí el labio cuando miré su trasero.
Alguien me tocó el hombro. Me giré y vi a mis amigos, sonreí falsamente. Ahora mismo me gustaría estar observando a Asher de cerca, hasta el punto de poder ver mi sonrisa en el reflejo de sus preciosos ojos azules, pero no, tuve que irme con estos imbéciles, siendo yo también uno.
Comenzaron a hablar de chicas. Al parecer, una tal Sara había tenido relaciones con Sam. Los tíos que estaban a mi lado me daban mucho asco, sobretodo por las obscenidades que decían y la forma que tenían de hablar sobre las mujeres.
Me excusé un momento, que iba a ser toda la media hora que quedaba del recreo, para "ir al baño". Arrastraba los pies por el suelo, escuchando la suela de mis deportivas chirriar. Sonreí cuando me acordé de Skyler, ella odia todos y cada uno de los ruidos que existen.
Fruncí el ceño al pensar que había sido culpa mía que ella se fuera. Estaba seguro de haberla dañado. Hago daño a todo el mundo. Seguí dando vueltas por los largos pasillos. Las personas que seguían en éstos caminaban, más o menos, de la misma forma que yo. O sea, caminaban como zombis.
Me quedé congelado cuando vi una cabellera blanca. Me giré y me dirigí al patio para pasar el tiempo con mis amigos. Esa chica se parecía demasiado a Alexandra, la última vez que la vi, acabé con dos esguinces y mi nariz parecía un océano de sangre.
Creo que me lo merecí, al fin y al cabo Asher podría haber muerto por mi culpa. Y creo que si él lo hubiese hecho, yo no estaría aquí pensando en que casi muere. Fruncí el ceño tristemente, él jamás podría... querría estar conmigo. Skyler jamás me perdonaría por las cosas que he hecho y dicho. Y Alexandra...ella simplemente podría asesinarme, ponerle una carita de perro mojado a mi hermana, ella la perdonaría, y yo ya no existiría.
Cuando sonó el timbre, un extraño baile apareció en mi cabeza, al parecer ya había pasado toda la hora que teníamos de patio. Entré en el siguiente aula. Cuando la maestra llegó, me limité a mirar la ventana, di un pequeño respingo en mi sitio al ver un ave chocar contra el cristal. Mis ojos comenzaron a arder cuando me imaginé a mi madre, su sonrisa, sus abrazos... Ella no estaría orgullosa de mí por lo que me he convertido.
Ese pájaro negro me recordó a mi madre, su muerte había sido parecida. Fue de golpe, ella intentó salvarme, sí, todo fue culpa mía. Todo sigue siendo culpa mía. Agité ligeramente la cabeza y me imaginé algo que me hiciera feliz, y siguiera vivo; Asher.
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Sé que Nash Grier (Asher) es más alto, en la vida real, que Cameron Dallas (Jason), pero haced como que el último es más alto ;). Porque yo antes de crear la historia me imaginé al hermano de Alex más bajo.
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¿Y si nos quedamos? [PRIMERA TEMPORADA]
Novela Juvenil¿Y si dos amigas, después de varios problemas, deciden viajar a Los Ángeles, estar varios meses ahí, y volver a sus casas como si nada? Aunque resulte difícil de creer, para ellas parecía pan comido. Todo cambió por culpa de unas cosas... y esas cos...