Lena siempre pensó que el momento en el que conocería a su chico ideal, este llegaría montado a caballo, cantando una canción sobre lo maravillosa que ella es y cuanto la ama. Pero no todas las cosas resultan como esperas.
Mason asistió a la reunión de cumpleaños de la abuela de Lena, y ella lo presentó como su novio.
La tarde anterior; un nervioso Mason preguntó a una Lena casi igual de nerviosa si aceptaba ser su novia. A lo que ella le respondió con un beso, y muchos más seguidos de esos.
Pasaron toda la tarde entre besos, apenas separándose a causa de la falta de oxigeno, y por supuesto sin llegar muy lejos.
Debes vestir casual, informó Lena al despedirse del chico en el porche de su casa. Le dio un beso rápido y corrió hacia su casa. Mas el chico no escuchó, estaba tan concentrado en sus pensamientos sobre Lena que olvidó prestar atención a los que esta decía.
Mason se presentó en la casa de Lena vestido con un elegante traje que logró que a Lena se le escaparan algunas carcajadas.
―Mason ―dijo ella entre risas― ¿Qué parte de "viste casual" no entendiste?
El chico examinó la vestimenta que traía la chica; jeans, una blusa y zapatillas. Luego la que traía él, camisa, pantalones de vestir, saco y corbata. Sus mejillas enrojecieron al instante.
―Y-yo creí... ―antes de que pueda seguir hablando, plantó un beso en sus labios.
La familia de Lena lo recibió muy bien, al menos la mayoría. Puesto que el padre de Lena se pasó toda la tarde lanzando miradas amenazantes al muchacho y haciendo bromas con respecto a su vestuario. Pero definitivamente, Mason Cromwell se ganó el cariño y aprecio de la familia Williams en una sola tarde.
―No lo dejes ir, es un buen chico ―susurró la abuela en el oído de Lena cuando ella se acercó a despedirse.
Regina falleció seis meses después. Casualmente tres días antes del cumpleaños de Mason.
Lena se encerró en su habitación. No asistió al velatorio de su abuela, ni al funeral.
No celebró con Mason su cumpleaños, como lo tenían planeado. No envió siquiera un mensaje de felicitación. No abrió la puerta de su habitación cuando Mason fue a verla.
Apenas le permitía a Tara el acceso a su habitación. No quería ver a su madre, a su padre o su hermana. Mucho menos a Mason.
Mason entendió que necesitaba espacio, y dejó de insistir.
Una semana después, Mason se decidió por visitarla. No quería incomodar a los señores Williams después de lo ocurrido, pero la información que Tara le brindaba acerca de Lena era insuficiente.
Necesitaba verla.
El señor Williams abrió la puerta, mas le negó el paso.
―Ella está bien ―dijo el hombre antes de cerrar la puerta en el rostro del muchacho.
Y así siguieron pasando las semanas. Lena encerrada en su habitación, y Mason intentando verla.
Dos meses después, exactamente a las 3 am el sonido que avisaba un nuevo mensaje despertó a Mason mientras dormía.
«Abre tu ventana»
Mason parpadeó un par de veces, frotó sus ojos y se pellizcó a sí mismo para asegurarse que lo que había leído hace unos instantes era real y no una alucinación.
Lena había enviado ese mensaje. Lena quería que abriera su ventana.
Se puso de pie al instante y, en medio de la oscuridad de su habitación, caminó rápidamente hacia su ventana. Torpemente intentó abrir la ventana.
La ventana se abrió.
Mason se asomó.
Lena estaba ahí. De pie, mirándolo.
No había forma de entrar o salir de la habitación de Mason más que por la puerta. Por lo que, sin importarle lo más mínimo el ruido podría causar, sin importarle despertar a sus padres, salió de la casa para llegar a Lena.
La abrazó.
―Lo siento, Mason ―sollozó Lena entre sus brazos― No estuve contigo en tu cumpleaños, te ignoré por semanas. Lo siento, lo siento mucho. Perdóname, Mason.
―No tienes que disculparte, te entiendo ―susurró él antes de besar su frente.
―Te quiero. Te quiero, Mason.
―Te quiero, Lena.
Lena dejó de esconderse en su habitación. Sonreía. Salía con Tara y Mason. Jugó con la hija de su hermana, quien tenía cinco meses.
Mason y Lena se graduaron de la escuela el año siguiente. Asistieron a diferentes universidades, y con el estrés, mantener su relación se volvió dificultoso. Discusiones constantes, semanas enteras sin saber del otro y celos llevó a Lena decidir que era momento de tomarse un tiempo, a lo que por supuesto Mason se negó. Luego de unos días, Lena se dio cuenta de lo estúpido que había sido pedirle eso a Mason, y arrepentida pidió perdón.
Su relación siguió siendo igual con el paso del tiempo. Bromas inmaduras de Mason y la fría actitud de Lena. Solo Mason lograba sacar ese lado tierno y cursi que escondía.
Años después, ambos se graduaron de la universidad y se mudaron juntos.
Las discusiones y los celos aumentaron hasta llegar al punto en el que Mason encerró a su novia en la habitación que compartían para que una Lena histérica no se vaya del departamento con todas sus pertenencias.
Igualmente, eso no sirvió de nada, puesto que la chica se escabulló por el balcón del vecino y salió del edificio.
Con todas sus cosas con ella y sin un lugar a donde ir, decidió llamar a Tara.
Al día siguiente, Mason se presentó en el departamento de Tara buscando a Lena. Esa acción solo provocó otra discusión que terminó con un Mason de rodillas pidiendo la mano de Lena en matrimonio, quien repitió que sí una y otra vez.
La boda se celebró un 22 de junio, en el rancho de un tío de Mason.
En su primer aniversario de bodas, Mason recibió la mejor noticia que un hombre podría recibir. Una vida creciendo en el vientre de su esposa.
Mason, literalmente, se desmayó de la emoción y Lena tuvo que llamar una ambulancia. Una vez el chico despertó, dejaron a Lena ingresar a verlo.
Ocho meses después un niño, al que por insistencia de Mason llamaron Ben, nació pesando 3,800 kg.
N/A: ¿Ya puedo llorar?
Es la historia más corta que he hecho hasta ahora :(
Admito que quería que terminara mal, pero mi corazón me dijo que no :v
Me encantó escribir esta historia, enserio, no puedo aceptar que terminó. </3
NO SE PIERDAN EL EXTRA. 💜
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Un Príncipe Para Lena. ✅
Conto[❃] Gracias a los libros y la TV, las expectativas de Lena Williams, con respecto a chicos, son extremadamente altas. Lo que la llevó a seguir soltera y sin haber dado siquiera su primer beso. Lamentablemente, no tener novio, significa no tener quie...