I.

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Peter... Peter... Peter... Peter..., Peter, Peter, Peter, Peter, Peter, ¡Peter, Peter...! como un murmullo de agua que aumenta gradualmente conforme te acercas más y más a la fuente del líquido, una voz que al muchacho le sonaba familiar, y que cambiaba de timbre a cada vez que pronunciaba el nombre, llamaba al rubio, quien levantó la mirada con extrañeza. Cuando la bajó, al no encontrar nada fuera de lugar entre las copas de los árboles, sus ojos se encontraron con dos bebés, un chico y una chica, para ser concretos. Se acercó y pudo observar que la bebé tenía una marca en el medio del pecho, como una mancha de forma abstracta.

Notó algo parecido a un látigo enrrolado a su brazo derecho, pero no podía mover la cabeza para verlo, y una especie de ardor en la zona alta central del pecho, pero no era capaz de averiguar qué era. No sabía cómo, pero de repente se encontró dando vueltas y más vueltas, girando sobre sus pies en medio de un bosque, con la cabeza inclinada hacia atrás y su vista fija en el cielo de hojas. Los niños habían desaparecido, y sobre la vegetación del suelo no había prueba de su presencia, como si nunca hubieran estado allí. Poco a poco, la figura humana del joven se alargaba y tomaba un color verdoso, y se estiraba con la forma de un tallo de una planta hasta llegar por encima de los árboles.

Cuando la parte superior del brote rozó el haz de luz de sol al sobresalir en la frondosa superficie de la arboleda, que parecía no tener fin, la planta que había sido Peter se encogió, convirtiéndose en un pequeño gorrión. El pájaro volaba, volaba hacia una llanura tras la que se podía atisbar el borde de un abismo que segundos después el ave estaba sobrevolando. No se veía el fin del precipicio, pero el animal se dejó caer como si fuera un peso muerto, y cuando pensaba que no podía caer más, seguía cayendo, cayendo por lo que parecía un "siempre"...

Una especie de caja de madera de tamaño desproporcionado apareció en su camino y lo encerró de un sonoro portazo en cuanto el pájaro tocó el fin de la urna, y Peter, o el ave, estuvo seguro de que el ruido había sacudido el resto del valle.

Después de eso, silencio sepulcral. Y luego, una voz masculina, anciana, familiar y a la vez con repulsión, habló. Una sola palabra, susurrada por la más fina brisa y a la vez exclamada por gigantes de pulmones del tamaño de un rascacielos; tan simple que hasta un párvulo podría pronunciarla tras haberla escuchado un par de veces, y que sin embargo, congelaría la sangre en las venas de más de uno, por muy fuerte, valiente o "macho" que se considerase.

Metysów

Peter despertó de repente, en un salto que le sacudió el cuerpo entero, abriendo los ojos como platos y, una mañana más, con sudor en el pelo y en las sábanas. "Mierda...", murmuró entre dientes, refrotándose los ojos con las palmas de las manos abiertas. La fiebre que había empezado a sentir la noche anterior le había dejado marca en forma de un extraño sueño que, ni entendía, ni estaba muy seguro de querer entender. Con las legañas y el cansancio haciendo una tarea más difícil de lo normal el levantar los párpados, dirigió su mirada al reloj de mesilla que le servía como despertador los días laborales. Las 6:15. "Mierda", volvió a farfullar. Todavía le quedaba casi una hora entera para poder dormir, pero era el tercer día seguido que le pasaba aquello, por lo que sabía con certeza que el sueño no iba a volver a llamarle.

Se quedó mirando el techo, jugueteando con sus cabellos castaños, oscurecidos con el tiempo y su madurez, con la mano izquierda. Habían pasado 5 años desde que su familia había desaparecido, dejándolo sin otra opción que mudarse con sus abuelos maternos desde su pequeño pueblecito de Alemania a la gran ciudad que era Berlín. No había vuelto a saber nada de su madre. Sylvia tendría ya casi 22 años, pero en aquella media docena de años tampoco había aparecido. Y de su padre no hay mucho que decir, Peter ni lo conocía, nunca le había visto la cara, y su madre había cambiado de tema cada vez que el pequeño le preguntaba que quién era, cómo era, por qué nunca iba a buscarlo al colegio como los padres de todos sus amigos; y más preguntas que nunca tuvieron una respuesta.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2014 ⏰

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