Capítulo 4

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Max con su pene duro le hacía gemir pero no a ella sino a la rubia con la que se había metido en el lavabo de al lado de donde estaba ella metiéndose los dedos en su vagina e intentando no gritar para alarmar a Max de sus actos en el lavabo de al lado...

-Ah... ¡sí!.. Ah- la rubia le gritaba a Max mientras el disfrutaba de su enorme culo.

>-Shhh...Nena, nos van a oír estate calladita- La misma voz de ese castaño de ojos miel le erizaba la piel, no aguantaría más tiempo sin gemir con sus dedos dentro de la vagina que ardía y palpitaba.

Así siguieron 20 minutos más... Max dejo a la rubia en el lavabo y el salió por la puerta sin darse cuenta de que ella estaba ahí, la rubia salió poniéndose las bragas y bajándose el vestido de color blanco.

-¡Nos vamos!- Emma me arrastro a salir del local y dejar de mirar a Max, él y sus amigos tomaban copas deliberadamente tocándole los culos a un grupo de 20 añeras con cuerpo de Barbies, asquerosas rubias que se retorcían contra Max y su pene.

El frio de la noche entraba por mis venas, por mi cuerpo...hacia media hora que Emma me había obligado a salir de ese local a las 4 de la mañana y ahora estaba intentando que se me sacara la imagen de Max y la furcia en el lavabo...deseaba ser yo ella...deseaba ser de Max. El frio del balcón entraba por mi habitación, estaba tumbada en la tumbona con solo una camiseta interior, ni bragas ni sujetador pues me estorbaban el paso de mis dedos en mi vagina haciendo pequeños círculos que me hacían gritar de placer, deseando que fuera Max el que me lo hacía...el que me deseaba, el que me masturbaba...

-Ah...Max- gemí de nuevo retorciéndome de placer.

-Max no está disponible en estos momentos, deje su mensaje después de la señal-dijo una voz divertida, Savanna.

-Hoy lo he visto follando con una rubia- dije mirando a Savanna que me hizo levantarme y estirarme en la cama.

-No sabe lo que se pierde- dijo subiéndose encima mío.

-No creo que lo sepa nunca- dije cogiéndola de la cintura.

-Pues que gilipollas ¿no?- Savanna se deslizó de mi camiseta.

-La estúpida soy yo por ilusionarme- dije siguiéndole el juego y besándola.

-Tú no eres estúpida- un beso lleno mis labios sin saciarme aún, hundió sus labios en mi vagina haciéndome gemir.

-Ah...-Ah...Max, ah!- grité ella siguió sin parar.

-Probamos algo nuevo...- Acercó su morena vagina hacia la mía mucho más clara, nos besemos y choquemos las vaginas hasta encontrar un punto de unión para las 2, gemimos sin parar.

Savanna y yo nos envolvimos en las sábanas blancas con estampados florales que conjuntaban perfectamente con la habitación, nuestra respiración entrecortada y nuestros cuerpos juntos.

-A conseguirás llevarte a ese tal Max Somers a la cama ya te lo digo yo- me dijo a la oreja antes de dormirse sobre mis pechos sudados e excitados, tenía razón me lo metería en las sabanas y me metería en su corazón también.

-Ya lo creo que si- dije cerrando mis ojos eran las 5 de la mañana y a las 8 tenía que entrar a conocer a mi profesor Max Somers.

Emma saltó encima del colchón repetidas veces para despertarnos, Savanna se levantó de mi pecho y yo me puse mi uniforme, hoy sería un día largo.

MI QUERIDO PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora