c. Late routes & Foreign companies.

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"caperucito rojo."

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Tercera parte.

-Rutas tardías y compañías foráneas.-

           

Sus manos dentro de sus bolsillos de su abrigo rojo, transmitiéndole el calor que carecía en esos instantes, sus rizos despeinados y salvajes a la merced del clima, ocupando parte de su frente y moviéndose al compás del viento, de lado a lado, como si de un vals se tratara. Los skinny jeans que traía puestos, oscuros y ajustados a su curvilíneo cuerpo, ayudaban bastante a conservar el (poco) calor corporal y no morir bruscamente de hipotermia en este instante. El rojo que optó por usar y lucir en sus uñas hoy, estaba un poco rasgado y desgastado por ayudar un poco a lavar la vajilla a Dorián, una contundente mala elección, solo quería deslumbrar y lucir arreglado por una vez que ve a su abuelita. Claramente, no se le pasó el detalle de llevar el colgante que le había regalado al nacer ella, con una "H" en oro, y la fecha de su nacimiento prescrita en la parte de detrás con una letra cursiva detallada y clara. Por ahora, guardada dentro de su hoodie negro suave, de algodón.

Apenas se podía notar como tiritaba por frío de la tarde, en Holmes Chapel. Hojas yendo y viniendo al pesar de la ventisca, castañas, marrones, cafés, tostadas, algunas que otras pardas o un poco anaranjadas, casi amarillentas, diferentes tonos de canela, pero todas crujientes, secas, al descampado, en cambio, ajenas a todo, resguardadas en las ramas de los robles viejos, las demás sobrevivientes a la tormenta o el chubasco que se aproxima al pueblo a reducidos pero no insignificantes pasos. Nadie contaba con su promiscua o ulterior aparición. Árboles zarandeándose junto con sus extremidades.
El humo que exhalaban las chimeneas a leña de las cabañas del pueblucho, se sumaban junto con las nubes adornando el cielo y encajando a la perfección, gris con gris. El gris se difuminaba con el gris, se mezclaban entre sí.

¿Qué formaban? Gris.
Acostumbraba a preguntarse a sí mismo cuando el gris sería reemplazado por otro color.

¿Qué se respondía? Harry, eso pasará el día que el universo intente revelar algo, algún cambio en la naturaleza o avisar de algún fenómeno cercano.

  Eventualmente, era el único color que se veía a diario en él. Ni míseras indicios de existencia, de parte de las aves pobladoras o sus crías. El fresco espantó sin pesares todos los insectos que rondaban por las flores de su casa siempre, y ahora seguramente estén escondidos o reunidos todos en sus cuevas desconocidas para la humanidad.

Debía hacer algo para acabar con el frío. Pero no tenía idea de qué. No se vería muy inteligente estar fuera de tu casa con una fogata a tu lado, cuando todos los vecinos están enterados de la chimenea con la que cuentas. Pero él, parecía tomarse su tiempo para todas las cosas que se le presenten por delante.
No le importaba el tiempo, porque él cerraba los ojos y el universo se apagaba momentáneamente para él, un pequeño telón para un escenario tan inmenso. Como la naturaleza misma, en comparación con él: un minúsculo grano de arena. Así, que se propuso mentalmente tratar de dejar los pensamientos sobre eso de lado, y razonar en desiguales realidades. Como por ejemplo, el hecho de que la mascota de los propietarios de al lado estaba igual que él, congelándose a sí mismo. Y probablemente, eso no funcionó, ni funcionaría. Decidió que pensar como el pensaría no haría efecto, así que

¿Qué haría Niall ahora?
Niall, piensa como Niall. Haz lo que menos se te ocurriría realizar ahora.

¿Algo como saltar la soga? No, no tengo sogas.

Caperucito Rojo.» l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora