Salgo del baño como si nada hubiera pasado, sin darme cuenta que la enfermedad me ha devorado me lavo las manos para limpiar la evidencia. Si está bien o está mal ya no me sirve la conciencia, mi cuerpo sorprendido por un extraño sentimiento que no me deja respirar y controla mi pensamiento, daña mi mente y hace que el tiempo pase lento. Rechazando la comida ahora el aire es mi alimento.
Se siente y se escucha mi carne agonizar, esto no me importa mi deseo es adelgazar; quiero el pasado dejar, olvidarlo, dejarlo atrás quiero un nuevo cuerpo, otra vida comenzar.
Equivocada decisión, mala forma de pensar, no sabía que esto, a la perdición me iba a llevar. Engañada y cegada, me lancé al cruel abismó, yo solo quería acelerar mi metabolismo.
Mi cuerpo se transforma poco a poco solo en huesos, esto no tiene fin solo quería bajar de peso. Me causa temor observarme en el espejo, tengo miedo de tan solo mirar mi reflejo. Descienden los números al pararme en la báscula pero no veo diferencia y me devora la gula. No puedo y no quiero aceptar mi gordura; siento que la muerte me busca y me tortura.
Bulimia y anorexia la vos de mis vomitadas, desde mi cuarto se pueden oír las arcadas. Me siento débil y cansada la mirada. Vomito por la mañana y no quiero cenar nada es que me duele desperdiciar un plato de comida.
Veo a los otros comer y me muero de envidia. Oigo una voz en mi interior que me grita que no coma nada, y pide que me resista "vamos lucha por una talla más o acaso quieres verte igual que los demás, no comas resiste. Esto es una trampa, luchar por tu hermosura, la comida te atrapa, no vale la pena vivir la vida si la desperdiciaras tragando comida. Mira esas modelos, yo soy tu mejor amiga y dime apoco ¿no te mueres de envidia?"
Marioneta de la bulimia por completo me ha controlado ya me ha envenenado, sola me he condenado, caminando y modelando con gran misterio, la pasarela que me llevaría directo al cementerio. Sigo cayendo de este precipicio sin fin, esperando a que este dolor pronto llegue a su fin
Vomitando a diario, el fantasma de mis huesos, mi alma se aligera de tantos desechos. Cansada de meter mis dedos a la garganta, provocación involuntaria, mi cuerpo ya no aguanta, después de cada día de alimentarme iba al baño a castigarme y a lamentarme.
Mi apetito disminuía al igual que mis fuerzas, déjame vivir, déjame en paz, maldita anorexia. Me veía gorda pero era mi mente traicionera, insatisfecha de mi cuerpo, que vergüenza, me da pena. Devastada y controlada por el que dirán, que me vayan a criticar, que de mi vayan a pensar. No abro la boca para nada, ni para hablar. El trauma es tan gran de no paro de llorar. Mi mente atrapada, por una enfermedad mi estómago agonizando, bulimia sedienta de maldad. No entiendo, si tuve voluntad para empezar, no lo entiendo porque no tengo para parar.
