Escuela, monótona, aburrida e insípida escuela. ¿Prestar atención? No tenía sentido, el chico se sabía las aburridas partituras que la profesora repetía a sus alumnos para que memorizaran ¿quería estar ahí? Le era preferible que tomar álgebra y aprender sobre enlaces químicos.
—Fann — musitó la chica a su lado —Hey, Fann.
—¿Qué sucede, Top?— murmuró aburrido, realmente quería que terminara aquella clase.
—Tuve una idea fantástica.
El chico albino rodó los ojos, amaba a su hermanita pero sus ideas solían ser algo... tontas, de todas formas no tenía otra opción que escucharla y aceptar su nueva "idea fantástica que revolucionaría al mundo de la música"
—¿Planeas decírmela?
—Obviamente, tonto, por algo es que te hablé — rió bajo. —Hay que crear una banda, será...— empezó a urgar en su mochila. —... será asombroso, estaremos tú y yo, solo nos faltaría la voz principal y un instrumento más armónico, — sacó un papel arrugado para ponerlo frente al rostro del chico. —, algo así como un teclado, clavicémbalo o xilófono, ¿entiendes?
—¿Por qué necesitamos a alguien más?— sujetó la hoja y suspiró, la chica ya había pensado en todo. —Nosotros dos ya estamos bien.
—Una banda de una guitarra y un bajo no es una banda.
—Una banda es una banda, Top.
El timbre sonó y su añorado receso llegó, todos guardaron sus cosas mientras la profesora dictaba la tarea siendo completamente ignorada por los adolescentes que escapaban del aula.
La pareja de hermanos salió del salón para encontrarse de nuevo con ese pequeño grupo de chicas que los esperaban, Fann suspiró frustrado, regresar al salón con un ojo morado no estaba en sus planes y mucho menos pensaba incluir a su hermana en aquella disputa.
—Hola, despigmentado — rió una de ellas.
—Chicas, ahora no estoy de humor para sus bromas.
—Fann, ¿qué ocurre?— preguntó la castaña a su lado.
—Nada, Top, todo está bien.
Nada estaba bien, aquellas peleas habían comenzado desde que eran niños y la líder fue rechazada por el albino, realmente no le interesaba, nunca le habían interesado mucho las relaciones románticas, además de que cuidar a su hermana ya era una carga muy grande debido a su hiperactividad. Habían pasado cinco años y el acoso había aumentado igual que las burlas y las heridas, cada vez más graves, no quería involucrar a su hermana en ello.
—¿Qué tienes en la cabeza, Topacio?— estaba furioso, furioso con su hermana, furioso con aquella chica que se atrevió a golpearla.
—Tranquilo, Fann, — rió. —, solo quería protegerte, ahora estás bien, ¿cierto?
Hizo una mueca mientras seguía curando las heridas y golpes en el pálido rostro de la adolescente un año menor, ¿protegerlo?, ¿para qué?, no necesitaba de su protección.
—No vuelvas a hacerlo, ¿entiendes?, puedo cuidarme solo, no soy un niño.
—Entiendo, entiendo,— rió para después hacer una mueca de dolor. —, ya programé las audiciones.
—Siempre haces todo sin avisarme.
—No creí necesitar tu autorización, solo son audiciones para mi banda.
—¿Tu banda?— puso una gasa en su mejilla, besó su frente y se sentó a su lado.
—Nuestra banda.
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| One-shot | Perfecta imperfección |
Novela JuvenilUna hermana y hermano Una chica con voz angelical Y una pianista