Eres tú a quien amo...

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-Narra Allen-

Poco después del beso, Kanda desato el listón de mi cuello, yo trate de separarlo pero fue inútil, antes de darme cuenta él ya me había desabotonado la camisa.

-¿Por qué haces esto? Ya déjate de bromas estúpido Bakanda, ¡Su-sueltame!

-¿Qué harías si te digo que "No voy a soltarte y que te hare el amor"? –Él me miro muy serio y sobre todo muy seguro de lo que iba a hacer-

-¿Qué estás diciendo? ¡Déjame en paz!

-No –después de eso él me despojo de mis pantalones y ropa interior, dejándome solo con mi camisa y mirándome fríamente...-

-Narrador en tercera persona-

Kanda solo observaba al menor con lujuria y deseo, por su parte Allen trataba de zafarse del agarre del mayor...

-Kanda, ¡¿Por qué haces esto?! ¡Déjame ir! -grito el menor al borde de las lágrimas-

-Allen yo... te amo...

-¿Cómo puedes decir algo así? ¿Tratas de burlarte de mí?

-Escúchame... Sé que no nos conocimos de la mejor manera pero me he enamorado de ti... he decidido que tú eres "ese alguien especial para mi"

-Kanda yo... no sé qué decir...

-No tienes que decir nada... -después de eso comenzó a besar a Allen con lujuria-

Allen, al estar confundido y no saber qué hacer ni que decir, le correspondió al beso, después de un rato Kanda se quitó la ropa y se posiciono sobre de él. Comenzó a besar su abdomen, lamio y jugó con sus pezones

Aa-aaah Kanda...n-no...-se quejaba el menor completamente sonrojado-

Acto seguido Kanda comenzó a besar el cuello de Allen y bajo hasta su entrepierna- Oh, interesante- dijo antes de comenzar a lamer el miembro de Allen a su antojo.

N-NO!!- Allen se aferró a las sabanas con fuerza sin duda muy avergonzado-

Kanda siguió lamiendo a su antojo hasta que el menor comenzó a correrse lentamente por la excitación. Después de esto, Kanda dejo de lamer el miembro de Allen y comenzó a penetrarlo lentamente.

AAAH! Ka-Kanda... N-No!- decía mientras empezaba a soltar pequeñas lágrimas de dolor-

Sin embargo, Kanda se movía más y más rápido ignorando las quejas de Allen... Y así, después de un rato el menor ya no pudo más y, jadeando, perdió el conocimiento mientras que Kanda solo lo miraba dormir muy arrepentido y salía de la habitación para después poder partir cuanto antes a una misión que sin duda cambiaría la vida de ambos por un tiempo.

Una razón para vivir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora