Una razón para vivir...

Nos volveremos a encontrar...

Me dirigía a mi misión junto con Link, íbamos en tren cómo de costumbre, sin embargo, hacía frío y yo me sentía al borde de la desesperación. Creo que Link se dió cuenta, pues no dejo de verme durante todo el viaje, pero yo iba tan centrado en mis pensamientos que no le tomé importancia, sólo podía preguntarme ¿Por qué a él, por qué a Kanda? ¿Tendría algo que ver conmigo? ¿Él regresaría a salvo?
No podía ocultar mi preocupación, tal vez mi sueño significaba el hecho de que volvería a estar solo... Yo, no pensaba aceptarlo hasta ayer en la noche con Kanda a mi lado pero yo... ¡Yo amo a Kanda! Todo fue tan repentino, en realidad yo llevaba un tiempo enamorado de él pero núnca creí que fuera correspondido y por eso decidí olvidarme por completo de él, estaba tan deprimido por Mana que su confesión me animó, quizás me dí falsas esperanzas al creer que sería feliz...

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Pasaron las horas y ambos llegaron a su destino, Allen comenzaba a recordar cómo fue su primera misión y se encontraba muy distante y distraído, sin embargo, la misión tuvo exito y Allen insistía en regresar lo más pronto posible a la Orden, quería saber en dónde estaba Kanda y qué había sido de él, pero al llegar ahí se enteró de que no había ni rastro de Kanda y que los altos mandos decidieron dejarlo por su cuenta mientras que los exorcistas en sus misiones se darían a la tarea de buscarlo.
Esto causó un impacto muy grave en Allen, pero siempre trató de ocultarselo a las demás personas, él a pesar de que lo tenía prohibido, buscaba a Kanda através del arca de Noé todas las noches. Hasta que fué sorprendido por Lvellie y tuvo que ser encerrado todas las noches. A pesar de qué toda la Orden se había dado por vencida él siempre mantuvo la esperanza de que se volvería a encontrar con Kanda. Y así, pasaron dos largos años hasta que un día Komui llamó a Allen y éste se dirigió lo más pronto posible con él.