Shoots Merthur OuO

Poetry

Merlin

Arthur acababa de devolver a su padre al mundo de los muertos... Uther estuvo a punto de decirle que tengo magia, pero no alcanzó a oirlo, ahora estamos caminando por los pasillos, lo ayudaré a acostarse y luego volveré con Gaius.

-Así que... Merlin- dice luego de un rato de silencio.

-Que pasa?- digo sin mirarlo, vamos simplemente caminando, algo parece habernos afectado de los sucesos que acaban de pasar.

-Mi padre iba a decir algo de ti... ¿Sabes qué era?- pregunta mirándome.

-Este... No ... No se me ocurre qué- me encojo de hombros nervioso. El rey asiente y volvemos al silencio, una vez en su habitación preparo su cama para que duerma y todo eso, Arthur está muy callado.

-Necesita algo más, sire?- le pregunto para ya irme a la habitación.

-Tu crees... Que mi padre tenga razón?- dice mirándome

-Eres un buen Rey, Arthur- insisto, siempre se lo digo. El asiente.

-Puedes quedarte? Necesito compañía y Guinevere está aún con Gaius...- dice mirándome, rayos, quería ir a dormir.

-Estás bien?- pregunto mirándolo, luce afectado por lo de su padre. Me acerco más a él, sigue sentado en su silla- Arthur?-

-Si... Supongo que sí- ahora me mira a los ojos directamente de una forma penetrante- oh Merlin- dice como si hubiera olvidado algo y se levanta caminando hacia mi, que no estoy muy lejos- No te pregunté ¿Te hizo daño? ¿Estás bien?- está muy cerca de mí y toma mis brazos al preguntar.

-S-Si... Lo estoy- no me gusta que esté así de cerca, y se que lo hace a propósito, desde que se casó con Gwen no volvimos a hacer nada porque bueno... Es aún mas indebido, pero no me he olvidado de ello y él lo sabe.

-Estás nervioso?- susurra mas cerca de mi rostro, niego con la cabeza y sonríe algo maliciosamente, claro que sabe que si lo estoy, se acerca lentamente para besarme.

-Arthur...- digo intentando alejarme un poco de él, pero me afirma los brazos con fuerza, siento ya su aliento en mis labios- Arthur que haces?- Sonríe mirando mis labios.

-Poesía- dice y me besa, no puedo no corresponderle porque me encanta esa sensación y lo sabe. Poesía, esa excusa que usamos con Leon para que no supiera del fantasma de Uther, aunque lógicamente no nos creyó, algunos de los caballeros ya sospechaban de nosotros antes de Gwen y pues, no hay ninguna prueba de que nos hayamos separado.

Los labios de Arthur se mueven sobre los mios de una forma dominante y deliciosa, le queda a él completo esa descripción, él es dominante y delicioso. No tarda en quitar mi chaqueta y dejarla caer al piso.

-Arthur... No podemos...- digo cuando quiere llevarme a su cama, esa cama que ya no es suya solamente, es suya y de su esposa, quien ahora está inconciente y con el médico.

-Por qué no?- susurra contra mi boca.

-Porque estás casado- le digo mirándolo.

-Sabes que eso no me importa, es solo porque necesitaba una reina. Incluso ella lo sabe-

-Pero sigue sin ser correcto- insisto.

-Oh vamos- acaricia mis costados lentamente- hagamos lo que Leon creía que realmente hacíamos- sonríe- hagamos Poesía-

-Sabes que no pensaba eso- digo mirándolo divertido.

-Exacto, pensaba que nos escapábamos para poder follar en paz porque esta es también la habitación de Guinevere - dice aún sonriendo.

-Arthur!- lo reprendo algo rojo.

-Qué? No miento- ruedo los ojos y se aprovecha de volver a besarme- Pero Guinevere no está aquí ahora- mete sus manos en mi camisa y me estremezco.

Las caricias de Arthur no me dejan pensar con claridad y ya no puedo detenerlo, estamos en la cama besándonos como si no hubiera mañana, debo controlarme mucho en éstas situaciones, me he di cuenta de eso una de las primeras veces que lo hicimos porque arranqué parte de su ropa con magia, al menos no lo notó. Pues ahora se que en estos puntos estoy vulnerable y no quiero arruinar el momento.

Acaricia todo mi cuerpo con sus manos mientras me desviste prenda por prenda.

-Arthur...- jadeo al sentir sus manos directamente en mi piel, besa mi cuello succionando en el camino, me gusta que haga eso, que me deje marcas.

No tardamos en desnudarnos el uno al otro y él frota su excitación contra mi trasero como queriendo follarme de una vez por todas, nos estamos besando de manera hambrienta cuando lo siento entrar hasta el fondo casi sin aviso y suelto un sonido agudo contra su boca mientras el jadea de forma masculina demostrando con una expresión de placer lo mucho que le gusta esto. Me aferro a su espada baja mientras comienza a moverse con fuerza, como él lo hace, rápido, duro, con fuerza y dominándome por completo, me encanta, me tiene aprisionado con su cuerpo mientras arremete contra mi una y otra vez entre gemidos y jadeos de ambas direcciones.

-Nhg- gimo y aprieto los ojos, estoy muy cerca, muerdo mi labio y el toma mi barbilla para verme a los ojos, por lo que los abro justo cuando me corro, el no tarda en correrse también, nos quedamos jadeantes mirándonos a los ojos acostados en la ahora pegajosa cama que se supone que comparte con Gwen.

Arthur

Me gusta mirarlo a los ojos en ese momento, disfruto como éstos se vuelven dorados cada vez que lo hago llegar a la cima, hacerlo con él es mágico, por obvias razones, se que él intenta esconderlo, y está seguro de que lo logra, pero lo observo suficiente como para haberlo notado desde hace tiempo, sólo que finjo que no, yo quiero que él me lo diga cuando se sienta listo para ello.

Creo que mi padre iba a decirme eso... Que Merlin tiene magia, pero al ver la cara de terror de mi sirviente no pude soportar que supiera que ya lo se así que solo hice sonar el cuerno... Devolví a mi padre a los muertos para no destruir a mi sirviente...

Es raro todo lo que me hace sentir, incluso algo inapropiado, pero da igual, no hay nadie en todo el reino que no se haya dado cuenta que él no es sólo mi sirviente y que Gwen no es más que mi esposa por imagen y la verdad poco me importa.

Soy el rey de Camelot, un reino en el que la magia está prohibida, pero sin embargo estoy completamente loco por un mago, mi Merlin.