✳Parte 1✳

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"Solo se vive una vez, eres grandioso y tu silueta es demasiado hermosa...."

Esa palabras quedarían grabadas en su memoria de por vida, no había forma de que alguien pudiese borrarla, había pasado catorce años y aun las recordaba como si fuese ayer, y hoy por fin después de tiempo volvía a Japón al lugar donde conoció a la persona mas hermosa de su vida.

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- Yuri Katsuki -llamo la recepcionista de apariencia agradable pero de trato despreciable.

- S-si, dígame,el joven había pasado casi toda la mañana, esperando su turno como para recibir una respuesta negativa.

- Lo lamentamos joven, pero no podemos contratarlo por ahora, por favor inténtelo en otro momento -esa era la cuarta vez que le decían lo mismo.

- Pudo habérmelo dicho por teléfono y no hacerme venir en vano, al menos me podría decir cual es el motivo, según tengo entendido saque la máxima puntuación en la prueba escrita y...

- Y eso es cierto, pero no lo único, en la practica tuvo muchos errores y además -la muchacha rubia prácticamente lo barrio con la mirara -se ha visto en un espejo, no podemos contratar a personas con esas fachas los clientes no estarían cómodos con usted, dese cuenta que aquí la presencia importa y a usted le falta mucho, además que está un poco subido de peso.

- Otra vez por lo mismo, por mi peso -se dijo a si mismo -entonces me esta diciendo que no me contratan solo por mi apariencia, eso no es justo yo...

- Eso lo decide los de arriba, yo no decido lo que es justo o no, pero en mi opinión yo no lo contrataría por mas genio que usted fuera, el siguiente.

Resignado tuvo que dar media vuelta y salir de ese lugar.

Yuri katsuki era un muchacho de veintidós años en busca de empleo, había acabado la universidad con una de las mayores notas, quien sea pensaría que conseguiría trabajo rápido, pero no, el muchacho a pesar de su conocimiento era retraído y antisocial, sentía que los demás lo rechazarían por lo que siempre se aislaba del resto, y bien dicen que si tu conocimiento lo guardas para ti mismo, entonces no sirve de mucho.

Y ahora estaba en busca de empleo para poder aportar económicamente en su hogar pero esta era la cuarta vez que le decían lo mismo de hecho ya no se sorprendía, pero no podía evitar molestarse que cada vez que lo rechazaban era por como se veía y no por su capacidad.

Vivía en un barrio humilde y tranquilo. Su casa era pequeña pero cálida, había una pequeña tienda,que se convirtió en un puesto de comida.

- Ya estoy en casa - no recibió respuesta - mamá, Mari? Hay alguien en casa?....parece que no hay nadie -se dirigió a la cocina para beber un poco de agua, pasando por el comedor vio que encima de la mesa se encontraba una pequeña olla con una nota a su costado .

"Cariño, debiste tener un largo y grandioso día, por eso te hice tu plato favorito, espero que te guste....con amor Mamá."

Después de leer la nota que su madre le había dejado, Yuri abrió la ollita y efectivamente era su comida favorita - katsudon - no se sentía con el derecho de probar algo tan delicioso , seguramente su madre lo habría preparado con la esperanza de que su hijo ya tenia trabajo sin querer ese pequeño gesto hizo que un sentimiento de culpabilidad lo embargara.

- Llegaste más pronto de lo que pensaba - la voz de su hermana le hizo dar un respingo.

- Mary, bienvenida a casa, que tal te fue en el trabajo.

Eres Hermoso, Date Cuenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora