Giro inesperado

Giro inesperado 5.

Capítulo 5.

Después de cenar me vuelvo a la habitación y me siento en mi cama de espaldas a la puerta, sigilosamente entra mi Álvaro y me abraza por la espalda, me sobresalto pero al ver que es él sonrío, me pregunta que qué quiero hacer y le respondo que no lo se y me propone que veamos una película, le digo que es buena idea y nos subimos a la boardilla, me siento en el sofá con él habiendo un hueco entre los dos, pone una película de, cómo no, de amor, a mitad de la película se acerca a mi, esta a mi derecha y se va acercando cada vez más hasta estar completamente pegados, pone el brazo en la parte de arriba del respaldo del sofá y lentamente lo baja poniéndolo por detrás de mi cuello y la mano en el hombro. Me he dado cuenta de que mi hermano también siente algo por mí, es increíble este momento es el que llevo esperando toda mi vida pero nunca pensé que sería con mi hermano o hermanastro, lo que sea. La película duraba dos horas y yo estaba agotada y me quede dormida apoyada en él.

Me e despierto en mi cama, seguro que me bajó Alfonso. Justo cuando voy a levantarme entra Álvaro a la habitación y me hago la dormida, se acerca y me dice al oído:

-Buenos días canija.

-Hola Álvaro.

-¿Qué tal has dormido?

-Muy bien ¿y tú?

-Bien, anoche te tuve que bajar en brazos te quedaste dormida apoyada en mi...

-Lo.. lo siento es que estaba muy cansada y... cerré los ojos un momento y me dormí.

-No pasa nada Sandra, vamos a desayunar, por cierto mis padres se han ido a una comida y luego tienen reunión y luego una cena, resumiendo que vamos a estar casi todo el día solitos.

Una vez me termina de hablar y ya saliendo me mira y me sonríe de lado como insinuando algo. Me levanto y me visto, como es verano y hace un calor tremendo me pongo unos pantalones que son un poquito de más cortos y una camiseta ajustada, vale lo admito voy buscando un poquito a mi hermanastro pero que se le va ha hacer el destino quiso que nos cruzáramos y por algo será. Al salir de la habitación le veo sentado de espaldas a mi y no me ve llegar, le abrazo desde atrás y le doy un beso en la mejilla, se queda de piedra y se le caen las galletas que tenia en la mano a la leche no puedo evitarlo y empiezo a reirme, me siento enfrente suya y mientras me bebo la leche le miro, él que esta embobado mirándome mientras come galletas lentamente le digo:

-Eeeeooo Álvaro.

-¿Eh? ¿Qué? ¿Dime?

-Nada solo que estas embobado mirándome.

-Lo siento es que con lo guapa que eres no puedo dejar de mirarte.

Me sonrojo y sonrió y le pregunto:

-¿Qué vamos ha hacer ahora?

-Pues si quieres llamamos a algunos de la comunidad y nos vamos a la piscina.

-Vale, al menos combatiremos este calor.