DE ROSAS A ESPINAS

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Me sentía la protagonista de un video musical mientras el viento golpeaba mi cara y "Sweater Weather-The NBHD" soñaba en la radio, a mi lado estaba Icker que me sonreía divertido
— Lo prometido es deuda—me dijo mientras me miraba y luego regresaba la vista al frente
— Quedan pocos hombres de palabra, me alegra que seas uno de ellos
— Me alegra que te hayas dado cuenta
Comencé a tararear la letra y el me siguió, vaya buenos gustos musicales que tenía el hombre a mi lado.
One love, two mouths
One love, one house
No shirt, no blouse..
And if I may just take your breath away
I don't mind if there's not much to say
Sometimes the silence guides your mind so moves to a place so far away...
—Cantas muy bien
— Gracias
—Apuesto a que no soy el primero que te lo dice
—Acabas de perder una apuesta, ¿te arriesgarías a  entrar a otra?
Se ríe y me contesta
—En esta estoy completamente seguro
Me reí  y le dije
—Pues ganarías la apuesta pero solo  porque mi padre y mi mejor amiga me lo han dicho
—¿Cantas en algún lugar?
—Si, los sábados en la cafetería cerca de mi casa
—¿Y no te gustaría cantar para más personas?
—Lo amaría
—Conozco a alguien que podría ayudarte
—¿Hablas enserio?
— Si, mi hermano está en el negocio de la música desde que tengo memoria, le hablaré de ti y veré qué puede hacer
Me quedé estupefacta y sin palabras
—Yo... no se que decir... gracias, significaría mucho para mí
Me sonrió y me dijo
— Solo prométeme que me daras algunos créditos cuando ganes tu primer Grammy
Me reí y le dije
— Lo prometido es deuda
Se rió cuando use las palabras que el acababa de decir hacía unos minutos.

Mientras íbamos de regreso a mi casa pude   observar como la luz del sol se reflejaba en su cabello del que saltaban chispas doradas y también hacia  que se dibujara con más claridad la línea de su mandíbula, era el hombre más hermoso  que jamás hubieran visto mis ojos, gotas de agua que comenzaron a caer por mi frente cortaron el hilo de mis pensamientos, el también se dió cuenta y comenzó a subir el descapotable del auto.

—¿Temes mojarte?—le dije retadora, aunque ivamos tan rápido que apenas podría notarse que estuvimos bajo la lluvia.

—No, pero creí que tú si

—No, me encanta la lluvia, es liberador— le dije mientras sentía como pequeñas gotas de agua golpearme la cara— El arcoiris que se está formando es precioso.

— Si, lo es— me dijo pero no estaba mirando el arcoiris, me estaba mirando a mi, me sonrojé pero no tuve el valor para sostenerle la mirada así que me giré de nuevo hacia el cielo y me di cuenta de que estábamos a punto de llegar a mi casa, cuando llegamos mi padre aún no estaba, lo cual me preocupó porque siempre llegaba a esta hora.

Recibió una llamada y parecía que algo le preocupaba también.

—Tengo que irme ya, pero te llamaré cuando halla hablado con mi hermano— me pasó su teléfono y yo anoté mi número, por alguna razón me temblaban los dedos mientras lo hacía, y sentía un revoloteo en el estómago, me obligue a pensar que no era porque dijo que me llamaría. Aunque me obligué a recordarme a mi misma que solo lo me estaba haciendo un favor.

—Claro, gracias por la vuelta, fué divertido.

Cuando estaba apunto de salir del auto, me tomo la mano haciendo que me volteara y me dijo:

—Camille prométeme que serás fuerte y avísame si necesitas cualquier cosa, vendré en un segundo.

No tuve más remedio que asentir, aunque tantas promesas comenzaban a estresarme.

Me dió un apretón de manos y se fué. En ese momento lo supe, supe que algo andaba mal, muy mal, lo ví en sus ojos grises que lucían tristes cuando segundos atrás habían estado brillando.

Me daba algo de miedo entrar a la casa, sabía que me esperaban malas noticias, pero me armé de valor y entré, mi madre estaba en el sofá y tenía los ojos hinchados.

—Mamá ¿Qué pasa?

Ella apenas me miró cuando me dijó:
—Tu padre, está en el hospital, está en coma.

Su voz sonaba fría pero no delataba tristeza ni angustia, nada,solamente era plana.

—¿Qué? ¿Porque?

—Sufrió un accidente

—Deberíamos estar con el en el hospital ahora mismo— le dije exasperada 

—Te llevaré, en cuanto a mi... nose si pueda soportar  verlo en ese estado.

El destino puede ser muy cruel cuando quiere, no le importó convertir el mejor día de mi vida en el peor.

Durante las siguientes horas estuve en el hospital junto a mi padre, no lloré ni una sola vez, no porque no tuviera ganas de hacerlo, si no porque le había prometido a Icker que sería fuerte y bueno; lo prometido es deuda. 

"Cuidado con la tristeza, es un vicio"
                         -Gustave Flaubert

Enamorada del jefe de mi padre Where stories live. Discover now