1. La llegada.

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Era una hermosa mañana, el sol entraba por la pequeña ventana de la habitación, comenzando a alumbrar aquel delicado y bello rostro que reflejaba paz.
Sin ganas abrió levemente su ojo derecho y miró a todos lados, para luego soltar un suspiro.
-Aquí vamos, otra vez. Con algo de esfuerzo se quitó las sábanas y se sentó a la orilla de la cama para estirarse.
Se puso de pie y se dirigió al baño a paso lento, algo dentro de él le hacía sentir que ese no sería un día tan malo después de todo.
Salió luego de una relajante ducha, envolviendo su cuerpo en una toalla color rosa que a decir verdad era su color preferido. Desde pequeño tuvo que esconder esto, ya que a los niños se les enseña que el rosa es para las niñas y el azúl para los niños.
Fue a su habitación y se miró frente a un pequeño espejo que estaba en la pared, volvió a suspirar y buscó su ropa.
Vestía un pantalón negro ajustado, que dejaba ver sus grandes caderas, una camisa gris y una chaqueta negra que marcaba su delgada cintura.
Preparó su desayuno y el de su abuela, ya que vivía con ella. Lo puso en una bandeja y lo llevó a una pequeña habitación que se encontraba al final del pasillo.
-Buenos días, traje su desayuno. Dijo el joven de cabello negro, con una leve sonrisa.
-Muchas gracias, bummie. Respondió aquella anciana mujer, sentándose en la cama.
El chico puso la bandeja en una pequeña mesita y se sentó en la cama junto a la anciana.
-Siento que hoy será un buen día, deseame suerte. Tomó su mano y volvió a sonreír.
-Se que lo será, bummie. Tu eres un buen chico, seguro encontrarás eso que tanto necesitas. Acarició suavemente su mano y luego miró la bandeja.
-Eso se ve muy rico, ¿puedo comerlo?. El chico asintió y se puso de pie.
-Que lo disfrute, debo irme ahora, nos vemos luego, ¿si?. Hizo una pequeña reverencia en señal de respeto y salió de la habitación, tomó su mochila y fue a tomar un bus hacia el centro de la ciudad.

Llevaba mucho tiempo buscando un empleo, ya que su sueño era ir a la Universidad y el dinero que recibía su abuela lo usaban para comer y pagar las cuentas de la casa.
Caminaba por todo el centro buscando avisos de empleo y dejando sus datos por si alguien lo necesitaba.
Tuvo muchos malos empleos, en que lo hacían trabajar por horas y le pagaban unas monedas que no le alcanzaban ni para tomar otro bus.

Se encontraba fuera de un supermercado leyendo avisos, decepcionándose un poco, ya que solo necesitaban personas con estudios superiores.
Pasó un largo rato frente a aquellos avisos con un leve puchero, pensando a que lugar podría ir ahora, de pronto vio a una mujer que lucía muy apurada, hablando por teléfono, acercándose a aquel lugar.
-Si, si, no se preocupe, lo arreglaré como sea..
...
¡¿ESTA NOCHE?!, Pero mi hij-
...
Oh, lo entiendo, si, ahí estaré. La mujer colgó el teléfono y su rostro demostraba angustia. Se acercó al chico y se quedó mirándolo por unos segundos.
-¿Has visto por aquí algún aviso de niñeros?. Habló con un tono bajo, sin cambiar su expresión.
-Mh.. Creo que no. Respondió él, algo tímido, ya que no conocía a esa mujer.
-Ash.. Que haré.. Murmuraba mirando a todos lados.
-Usted.. Dijo el joven, haciendo que la mujer lo mirara nuevamente. ¿Tiene un hijo?. Preguntó, queriendo golpearse por aquella tontería. Si ella no tenía un hijo, ¿para qué buscaría un niñero?. «Que tonto eres, kibum».
-Si, el acaba de cumplir 18, pero no puedo dejarlo solo aún, sabes.. Él es.. Algo rebelde. Key rió ante aquella descripción y una idea completamente loca vino a su mente.
-Yo podría cuidar a su hijo. Dijo de repente, esperando un no como respuesta.
-¿Sabes cocinar?. Él abrió sus ojos completamente sorprendido.
-Si, aprendí cuando era pequeño. Siempre estuvo junto a su madre en la cocina, por lo que aprendió muchas cosas, además juntos hacían los quehaceres de la casa.
-Perfecto. Ella tomó un papel de su bolso y escribió en él una dirección y un número de teléfono. -Te espero a las 6 en éste lugar, te presentaré a mi hijo. Quiero que sepas que yo no soy así de confiada, pero estoy desesperada ya que mi jefe me necesita en Japón mañana mismo. ¿Puedo confiar en ti, verdad?. Miró al joven como tratando de ver toda su vida en sus ojos, esperando una respuesta.
-No se preocupe señora, no me conoce, ni yo a usted, pero le aseguro que su hijo estará bien. Al oír esto la mujer suspiró y su teléfono volvió a sonar. Dio un pequeño salto y empezó a correr.
Se me hace tarde, te espero!. Y subió a un lujoso auto negro, comenzando a manejar rápidamente.
-Nos vemos. Susurró kibum, quién aún no podía creer lo que pasaba.
Miró su celular. «4:30» Solo quedaban una hora y media para conocer a su futuro 'jefe'.
Miró la dirección en el papel y su cara cambió por completo. Era uno de los lugares más lujosos de la ciudad. «¿Se habrá equivocado de lugar?». Suspiró y comenzó a caminar.
Decidió ir por algo de comer y llamar a su abuela, para explicarle lo sucedido. Tuvieron una animada conversación por unos minutos, en que la abuela de Kibum lo felicitaba por su nuevo empleo y le decía que por ella no se preocupara, estaría bien. 
Miró nuevamente el papel que había escrito la mujer. A aquel lugar solo se llegaba en taxi, por lo que tomó uno y le dio la dirección. El taxista lo miró algo extrañado. Tal vez se notaba demasiado que el no era de ahí.
Era bastante lejos de donde el se encontraba, por lo que le asustaba un poco quedarse sin dinero por pagar un taxi.
Había llegado al lugar escrito en el papel. Miró la hora nuevamente «5:55». Pagó al taxista y se bajó, caminando lentamente hacia una gran casa, más bien, una mansión.
-¿Qué?. Susurró y se quedó frente a una gran puerta. «No puede ser, esto es un error». Quiso volver al taxi pero este ya se había ido. Miró el papel, sacó su celular y marcó el número escrito.
-¿Diga?. Se escuchó una voz de mujer a través de el teléfono.
-S-soy yo, estoy afuera. Dijo tímidamente el chico, esperando a que esa mujer lo recordara.
JONGHYUN, ABRE LA PUERTA POR FAVOR!. Kibum dió un salto ante aquel grito y cortó esperando que abrieran la puerta.
-Supongo que me trajiste a una bella chica, ¿no?. Se escuchó desde adentro, key rió. «Pobre chico, ¿que le pasa?».
-¡CLARO QUE NO!, ¿CREES QUE SOY UNA IDIOTA?, NO QUIERO TENER MINI JJONG'S CUANDO VUELVA. ¿ESCUCHASTE?. Esto hizo salir una carcajada de parte de KiBum. ¿Que clase de familia era esta?.
-Ash.. Tan molesta.La puerta se abrió.
-Escucha, ya que no eres una bella chica no necesito que me cui.. Antes de terminar la frase JongHyun subió su mirada encontrándose con la del chico frente a el.
-Hola, mi nombre es Kim Kibum y no soy una bella chica. Hizo una pequeña reverencia y antes que JongHyun pudiera abrir su boca apareció la mujer que había visto hace un rato.
-Aah, que gusto que estés aquí, pasa, pasa. Ella se hizo a un lado y el entró.
-Que linda casa. Dijo mirándo todo el lugar.
-Jjong, muestrale su habitación, la cocina, muestrale donde está todo. Él te cuidará mientras  yo no esté. JongHyun bufó y se dirigió al recién llegado.

-Quiero que sepas que no te necesito, no seas una molestia para mi, por favor. Dicho esto caminó hacia la puerta que llevaba a un pasillo y se quedó esperándolo ahí.

-¿Vienes o te quedarás ahí parado?. La mujer dio una mirada asesina a su hijo y miró a Kibum.

-Espero que puedan llevarse bien. Debo irme ahora, ten paciencia con el, por lo visto olvida lo que son modales. Volvió a darle una mirada asesina y comenzó a caminar hacia la puerta. 

-Ya tengo tu número y tu el mío. Si pasa algo no dudes en llamarme. Por el dinero no te preocupes, en tu habitación dejé la primera parte de tu sueldo. Junto a el hay un sobre con dinero para la casa, por si necesitan algo para cocinar o si  hay algún problema. Hijo, por favor compórtate con él. Debo irme, muchas gracias Kibum. Sonrió al chico y tomó sus maletas para salir de la casa, cerró la puerta y un incómodo silencio se formó en unos segundos.

JongHyun, sin notarlo, no podía quitar la vista de aquel chico. Aunque no era lo que esperaba, tenía algo que lo hacía pensar que la pasaría muy bien con el. 

-Entonces, ¿Tu cocinarás para mi?. Rompió aquel incómodo silencio, haciendo que el mayor se volteara a mirarlo.

-Si, lo haré. Respondió tratando de ocultar sus nervios.

-Un gusto conocerte, mi nombre es Kim JongHyun, aunque eso ya debes saberlo. Acabo de salir de la escuela, me tomaré un año para elegir que estudiar. Mi madre es la mujer que se acaba de ir. Quiero que sepas que no soporto que me den órdenes y siempre obtengo lo que quiero. Sonrió de lado, mirando fijamente al mas alto y comenzó a caminar por el pasillo.

-Soy Kim Kibum, mis amigos me llaman Key. Espero estudiar el otro año también. Quiero que sepas que amo dar órdenes y no aguantaré que un niño mimado pase sobre mi. El gusto es mío. Respondió con un tono desafiante que dejó boquiabierto al menor.

Kibum pasó frente al mas bajo y comenzó a caminar con dirección a lo que parecía ser una cocina. JongHyun, cuando logró salir de su estado de shock por aquellas palabras, se dio media vuelta para mirar hacia donde se dirigía su 'niñero'.

Nunca nadie le había hablado de esa manera, parecía que realmente se iba a divertir. 

Sin notarlo una sonrisa apareció en sus labios al ver la forma de caminar del chico que iba delante de el. «Es atractivo... Espera, ¡¿QUÉ?!».  Sacudió su cabeza con fuerza tratando de alejar esos extraños pensamientos y caminó detrás de él.

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Espero que les guste.

_Hoppy_

Niñero. [JongKey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora