Firma, Miranda Gonzáles

Somos un barco.

En mas de alguna ocasión encontramos nuestro soporte en algo ajeno a nosotros mismos, soporte del cual nos aferramos con todas las fuerzas que tenemos porque es lo que nos hace sentirnos a salvo, me da la impresión de que eres justo eso, todo lo que quiero pero no necesito.
Mi madre decía que el amor es tan real como yo quiera creerlo, que para cada quien tenia un significado distinto y que para nuestra familia debia ser el amor propio. Rompí ese esquema, porque te vi a vos, porque te encontre a vos, y mi corazón te rodeo completamente y te quiso para que te quedaras, ojala y fuera consciente de que no siempre se pueden lograr los cometidos, pero el corazón quiere lo que quiere.

Mi nombre es Miranda Elizabeth Gonzáles Carrillo, tengo 20 años y estoy en una relación hace mas de 1 año con Federico Mirón -es mas atractivo de lo que suena, lo juro.-
Las cosas sucedieron así, hace años nos conocimos por casualidad de la vida, ya saben, mis amigos conocían a sus amigos, un día coincidimos todos, nos conocimos y el flechazo nos dio, intentamos tener una relación que no funciono, motivo de novela, vivíamos en los extremos contrarios de la ciudad, cuando eres jóven, la distancia influye mucho en cuanto a relaciones se trata, ambos nos distanciamos y dejamos de saber el uno del otro por varios años.

Si he de confesar por mi parte, olvidarlo no fue cosa sencilla, y nunca lo va a ser cuando quieres a alguien por primera vez, porque no existe nada mas sincero que eso.
Tiempo después la misma coincidencia que nos hizo conocernos, no hizo cruzar caminos en la Universidad en la que trabajaba como asistente. Para sorpresa de ambos, fui yo quien atendió a su tramite de inscripción a la Universidad. Supe que no lo había olvidado porque el vuelco que me dio el corazón no es cosa de todos los días, realmente estaba allí, realmente volvimos a coincidir y el tiempo fluyo a su curso hasta que al poco tiempo ambos decidimos ceder.

No puedes esperar que las cosas te vayan de maravilla con la persona con la que tuviste una relación fallida tiempo atrás. Y esa es la verdad, cuando lo que siente el corazón no te alcanza para mantener a flote la barca que con los golpes se lleno de agujeros, y se te cuela el agua y te estas hundiendo, y aunque sabes que es inevitable que se hunda, decides quedarte y abrazar cada agujero en la espera de que por arte de magia -vaya tontería- sane.

No puedes simplemente esperar encontrarte a la misma persona que conociste años atrás, mismo pensamiento, misma actitud, mismo corazón, porque creces, y la vida te golpea -a algunos mas fuertes que otros- y cambias, y desconfias, y te hacen daño, daño que devuelves en mas de alguna ocasión, porque si bien es cierto a todos nos pasa; a veces somos el cuchillo y a veces somos la herida.

Tengo un año de relación con la persona que amo con cada célula de mi cuerpo y no importa cuanto adhesivo le ponga a los agujeros, el barco se hunde y en mi subconsciente, estoy esperando a hundirme con el.