Una voz gritando, y luego dos más, una se ríe, y las otras dos le siguen. Eso era todo lo que podía oír. Me dolían las costillas, y también los ojos, hacia mucho frío. Podía sentir la vieja baldosa azul del baño de las chicas en el colegio; yo estaba tirada en el suelo, no podía ver nada, apenas tres chicas borrosas.
Intenté ponerme de pie, pero se oyen otra vez risas. Me miré en el espejo, mi cara estaba roja y mi ojo izquierdo morado, mis costillas de verdad que dolían. Me lavé la cara mientras me insultaban.
Eramos las únicas en el baño, por eso nadie vino a ayudarme. Empecé a llorar.
- ¡si! ¡venga, llora todo lo que quieras! ¡nadie va a venir! ¡porque no vales nada, eres un fracaso! ¡nadie debería hacerte caso! ¡ no me dirijas una palabra en tu vida!- Paula habla como si fuese la reina, normalmente me insulta y hace lo que le da la gana conmigo y le da igual. Pero yo no puedo hacer nada.
Me siento tan mal, mi día a día sienta tan mal.
- No deberias comer tanto, ya estas muy gorda, ni siquiera te puedes mover- suelta Paula, con su sonrisa de mierda.
- por favor, no digas eso- intento decir
-ehhh, ¡te he dicho que no me vuelvas a hablar nunca! Así que ¡CALLATE YA! Como iba diciendo, dile a tu madre que no te de tanta cantidad de grasas.
- pe..ero, tu sabes.. que... mi madre ya no está aquí - no pude evitar llorar.
- si, lo se JAJAJAJA- entonces para la risa- ¿ quieres ir con ella o que?- yo solo puedo mirar al suelo.
Las tres chicas que había en el baño, ya no están. Y ahí estoy yo tirada en el suelo, echa mierda, y nadie le importa.
Cuando la puerta se abre...
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infierno privado // CORTO
Short Story¿porque? ya son dos años, y siguen. El dolor es tan fuerte.., no puedo seguir con mi vida. Por todas las que me hicieron daño. Papá, te he dejado una carta.