La despedida

48 18 7
                                    

Pasaron los días y mi preocupación crecía más y más sin tener un limite.

La esposa de mi padre, organizaba todo lo necesario para poder irnos a Londres.
Mientras, mi padre se organizaba con sus compañeros de trabajo para poder trasladar sus herramientas a Londres.
Sus compañeros de mi padre se veían alegres por mi padre, de que se cumplió su gran sueño, pero para mi era una desgracia, una maldición, pero ni modo me tendré que acostumbrar.

Solo faltaba dos días para poder irme y ya no poder ver a Ricardo, asi que decidí ir a visitarlo a su casa.
Toque la puerta y me abrió su mamá y me preguntó:

-¿En qué te puedo ayudar?

-Solo vine a ver a Ricardo. ¿Será que pueda avisarle?. Le pregunté angustiado de saber si en me quera ver.

-En un momento viene. Me respondió.

Mientras me respondía, en mi mente solo pensaba en como explicarle a mi gran amigo que ¡en tan solo 2 días ya no lo volveré a ver!.
Bajó y se sentó alado mio, no me pude resistir y le dio un gran abrazó y me preguntó:

-¿Has estado bien? ¿Por qué no me has respondido los mensajes?.

-Lo siento, perdóname. Le decía mientras aguantaba las ganar de llorar. -La verdad es que dentro de 2 días ya no te volveré a ver.
-Pero ¿Por qué tan pronto?

-La esposa de mi padre, ha decidido irnos lo más pronto a Londres y vine para poder despedirme de ti.

-No digas eso, yo nunca te dejare. Me decía para poder consolarme, para ser un amigo de la infancia, era una de las pocas personas que más he querido.

Al estar hablando, decidí quedarme en su casa y le comenté a su mamá de Ricardo que si me haría el gran favor de avisarle a mi padre. Ella aceptó y me quedé a dormir con él.

Durante el transcurso de que me quede con el, decidí ver unas películas, comer palomitas, comprar dulces, dormirnos tarde, en fin, todo para que nunca olvide ese día.

Amanecí sin la angustia de saber que al día siguiente iba a tener que olvidarme de mi vida en Colorado y rehacer una en Londres.
Mi padre me esperaba afuera de la casa de Ricardo para poder preparar las cosas para el día siguiente.
Ricardo seguía durmiendo, así que no decidí despertarlo, pero tampoco me podía ir sin despedirme de él.

Así que tenía lista una carta, se la puse en su mueble y me tranquilice, por que sabía que lo extrañaría tanto, pero lo podría visitarlo más tarde, cuando mi padre decida llevarme a Colorado, solo para saber de él.

Cuando te conocí....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora