Viviendo en mis pensamientos.

Día 1.

Y ahí estaba yo, por enésima vez mirando su foto.

Me gustaba verlo, era muy lindo, me gustaba como sonreia, como se quedaba mirando al vacío mientras pensaba, como brillaban sus ojos cuando hacía lo que más le gusta.

Y a la vez, odiaba que me gustara, odiaba sentir esa chispa de emoción cuando lo miraba.

El sonido de la puerta me interrunió, era mi madre llamándole para que fuera a cenar.

No tenía hambre pero aún así comí, pensaba en el mientras comía, pensarlo era tan adictivo, me encantaba cada centímetro de él, era perfecto para mí, incluso como olía.

Terminé de comer y lave los platos, se me calló uno por el descuido, en ese momento no pensaba en él, ni siquiera sé si podía  pensar en otra cosa o alguien que no fuera él y me aterraba obsesionarme más con él, cosa de que se volviera vital para mi.