Mi pequeña grúa.

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Los días en la escuela se hacían cada vez más pesados de lo que ya eran.
Me ponía a pensar en nuevos pretextos para que mis papás no se enteraran, pero, mi papá decía que yo era el problemático de la familia, ese día tuvo una muy fuerte discusión con mi mamá.
Me escondí detrás de la puerta, para escuchar mejor, creo que de mis tres hermanos, yo era el que siempre la defendió.
—¡Traer a ese niño fue tú culpa! Todos los días nos llaman para decirnos que se volvió a pelear con algún compañero, ojalá fuera cómo su hermano, pero él no es de la familia.
No sólo yo pude escuchar, sino que mi hermano también.
Me sentía muy mal al saber que peleaban por mi, le dije a mi hermano, buscando un consuelo en él, pero él sólo me rechazó y se lo contó a sus amigos, aunque, no era la primera vez que lo hacía.

Al otro día en la escuela, me pidieron hacer un carrito de cualquier material.
Llegando a la casa, busqué las cajas de medicamentos, algunas tapas, y pintura, mi carrito me estaba quedando... Algo raro, estaba a punto de rendirme, pero mi tío me ayudó.
Fuimos por materiales para hacerlo, después de tres horas, hicimos una grúa a escala, estaba increíble, se podía mover, tenía luces, ¡definitivamente, iba a ser el mejor!.
Llegué al salón muy contento, puse mi grúa en la mesa donde se encontraban los demás carritos, todos lo miraban y se asombraban, todos querían jugar con el.


Uno de los amigos de mi hermano estaba en mi salón, siempre que veía oportunidad, me molestaba.
Él intentó golpearme con su mochila, y al esquivar el golpe, le dio a mi grúa, la cual quedó partida en dos.
Me puse a llorar, y la maestra se acercó y me dijo;
—Oh, rompiste tu grúa, ten más cuidado. La miré entre lágrimas y le dije que yo no lo había hecho. Mientras señalaba aquél niño.
Él se negó, pero sólo le dijo que se disculpara... Cómo si eso pudiera arreglarlo.

Tocaron la campana para que saliéramos, y mi mamá estaba ahí.
Tomé mi mochila y mi grúa, me miró preocupada y al llegar con ella, no pude evitar llorar, me preguntó quién había sido, y yo no dije nada, recordando aquella amenaza.

Llegué a mi casa triste, cansado, no tenía ni ganas de comer, me acosté en la cama pensando en por qué todo era tan difícil.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2017 ⏰

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Ahogándome en mi silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora