La Habitación

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By: Cardy Arce

Una noche oscura y larga fue en aquella sombría y repugnante ciudad, repugnante, me gustaría recalcar, por la forma en la que estos seres sin remedio, los cuales se dicen ser seres humanos, tienden a actuar.

Personas comiendo, cual cerdos en su habitad, se alcanzan a ver en cada oscura esquina, las mujeres que venden su cuerpo en la calle a toda clase de hombres morbosos, los cuales engañan a sangre fría a sus parejas y familias por saciar su necesidad de placer carnal, lo cual les cuesta un cuarto de su salario semanal, los extraños casos se leen en periódicos sobre personas que desaparecen día con día, la policía corrupta que ha dejado que los más siniestros y descarados ladrones anden libres cual ave en un gran día soleado, ahora sabrá, que en efecto es una repugnante y siniestra ciudad.

Y es ahí, en el centro de la ciudad, que suele ser reconocido por ser el lugar más peligroso y "extraño", donde se encuentra un hombre, un misterioso hombre, totalmente asocial y apartado de todas las personas a su alrededor, vivía en uno de los departamentos de menor prestigio en la cuidad, la gente que lo veía, mas por obligación que por querer, llegaban a sentir una gran tristeza e incomodidad, le temían, pero sentían lastima por él.

Involuntariamente se asoma por su ventana, ya que había terminado las tareas de su no tan preciado trabajo, entre tanta porquería humana logra notar a una persona muy sospechosa y extraña, lo observa con gran detenimiento, tratando de analizar quien era y cuál era su propósito, pues, según su mala memoria, jamás en su miserable vida lo había visto por esos rumbos, y bien sabido era, que nadie viajaba a esa ciudad solo por el gusto inútil de viajar.

Observa con gran claridad que esa oscura persona, oscura quiero decir por el tipo de vestimenta que porta, tiene tomada del brazo a una joven pelirroja de cabello rizado, la lleva a un callejón, la bella mujer tiene una palidez enorme, ella, ella tiene miedo.

Pero como la persona despreciable que es solo los observa y ríe estúpidamente, va a recostarse en su cama mirando el tejado, pensando en la chica pelirroja, pensando en esa persona sospechosa que la tomaba del brazo, pensando en que la ciudad no podría decaer peor y que en la actualidad solo se espera miseria, pero, ¿Qué más daba? , solo era noche común con poca acción, o eso pensó.

Mientras tanto en la calle oscura y negra de aquella terrible ciudad, se encontraba aquella chica pelirroja suplicando por su vida.

-Déjeme -gritaba y reñía con fuerza la chica pelirroja, tratando de librarse de la persona la cual estaba aprisionándola con sus manos.

-Cariño... ¿crees que después de tanto tiempo te dejare ir? –respondía con coraje aquel hombre miserable, con una enorme y cruel sonrisa con la cual podría hacer notar sus horribles dientes.

-No sé quién eres!- Replicaba la joven, notándose un triste y desesperante temor en sus grandes y brillosos ojos cafés.

-¿Dónde está? -grito desesperado el ser despreciable.

-Pero ¿qué, qué? -preguntó desconcertada.

Por un momento, él se detuvo, tal vez ella no sabía del paradero del objeto buscado, pero él era inteligente, oh no, él no se dejaría engañar, no otra vez, conocía aquella mirada dulce desde sus años en la infancia.

-Yo solo soy una estudiante de intercambio. Si quiere mi dinero aquí está -suplicaba mientras tiraba el dinero a su cara.

-Eso no me responde nada en absoluto –decía mientras las monedas color plata caían al suelo y los golpes de estas resonaban en el callejón, ese sonido era tormentoso para la pobre chica y más tormentoso era porque este ser tomaba su mano con más fuerza-Parece que no entiendes lo que quiero.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2017 ⏰

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