Nota 12

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Mi pequeña, ¡mi princesa!

¡Si supieras cuanto te extraño!

Tengo novedades... Éste domingo, un compañero de mi trabajo, me invitó a su iglesia.

Solía creer en Dios, pero desde que no sé de ti, pensaba que ya no me oía, o que quizá era un personaje ficticio que inventó alguien en algún momento y todos creyeron en Él para tener en qué aferrarse cuando se sienten mal.

Pero este domingo, en esa iglesia, pude sentir que ese Dios era real, y pude escuchar su voz que me decía que todo estaba bien, que te tenía en la palma de su mano y estabas a salvo, que Él nunca te dejó de cuidar.

Fue algo increíble, cuando terminó la reunión, estaba afuera esperando a que David salga y a lo lejos veo que una niña, me observaba, es una iglesia pequeña, así que supuse que su mirada asombrada era porque no me conocía.

Luego se me acercó un matrimonio y empezaron a hablar conmigo, eran agradables y me invitaron a una cena que hay este viernes en la casa de ellos.

Sale David, estábamos por volvernos y siento que alguien tironea de mi camisa, era la niña.

Ella me mira, tímidamente agacha la cabeza, estira sus manos hacia mi, y tenía unas florcitas arrancadas de unos arbustos de la vereda. 

Me tomó muy por sorpresa, sonreí automáticamente, tomé las florcitas y agradecí, en un segundo ella corrió donde estaban sus padres, los cuales me miraron y también sonrieron.

Fue un día inolvidable, el amor de Dios en mi vida me dió una felicidad y paz únicos que jamás sentí, y mis esperanzas de encontrarte, ¡Se fortalecieron!

¡Te encontraré! ¡Ya estoy lista! Esperame... No me olvides!

Te ama... Mamá

Mi pequeña JulieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora