Capitulo 3.

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*Advertecias*

Los ruidos de la puerta de metal abrirse son lo que me despierta, me siento en el suelo mirando quien entra y solo al verlo mi humor de perros vuelve.

– Ya cumpliste tu castigó, te recomiendo que corras al comedor si quieres alcanzar el desayuno.

– Claro capitán.– Digo sarcástica.

– Comandante Petrov.– Rectifica– Aprende a obedecer y a hablar con educación solo te queda una oportunidad más antes de que el castigo sea feo.

Le miro interrogante.

–¿Eso es una amenaza?

–Una advertencia.

Camino fuera del pequeño cuarto siendo guiada por el comandante Petrov hasta que salimos y me doy obligada a cerrar los ojos para acostumbrarme a la luz del día. Hoy si es diferente, el dia es soleado y cálido, agradezco llevar una camiseta en vez de manga larga.

Le sigo en silencio hasta donde él va, hasta que las voces se hacen audibles al acercarnos a una carpa gigante blanca al igual que las otras, al entrar miro mesas largas en todo el lugar mientras que enfrente de ellos hay muebles donde esta la comida puesta con señoras sirviendo.

Todos guardan silenció cuando entramos y después entiendo que es por que el comandante ha entrado.

– Puedes ir a pedir tu plato.– Me indica después mira a todos y dice;– Cuando la campanilla suene vendrá la organizadora de sus asignaciones para decirles que le toca a cada quien.

Desaparece fuera del comedor mientras que yo suspiró y miro a todos quiénes me miran como bicho raro, ruedo los ojos y les doy la espalda para pedir mi comida, cuando la tengo no alcanzo a girarme cuando alguien me abraza por la espalda.

– Hija del mal me he sacado un susto.– Escucho a Lidia.

– Tonta casi me tiras mi primer comida en un día.– Me quejo.

Me suelta dejándome girarme, la miro y puedo ver en sus ojos que se alegra de verme y no lo voy a negar yo también.

– ¿Sabes la única cosa que me pone feliz de todo el asunto?– Niego– Que has estado cerca de ese bombón.

Ruedo los ojos.

– Hay Lidia si lo conocieras querrías huir.– Le digo bufando– Es como un grano en el culo.

Ella rie.

– Lo único bueno entonces es su físico.

Me encojo de hombros.

– ¿Y mi mamá?– Preguntó.

Lidia suspira y me mira ahora más seria.

– Llorando en la mesa de la esquina.– Confiesa– Ella y tu hermano han estado llorando desde que se pudieron juntar y más cuando te han visto llegar.

Parpadeo conmocionada.

Sigo a mi mejor amiga hasta donde esta nuestros padres, dejo mi charola y me lanzo a abrazar a mi madre y mi hermano quienes mojan mi camiseta gris, cuando me separo mi madre me da un zape que me hace reír

– Eso es por el susto que me has dado.

– Me lo merecía– Afirmó– No es por ser grosera pero comenzaré a comer

Todos rienen en la mesa mientras que yo comeinza a devorar los hot cakes y la fruta a un lado, me bebo más rápido de lo que puedo el vaso con leche y justo termino cuando un tipo de alarma suena en todo el lugar que me hace saltar.

Dark Days.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora