Han pasado 3 años. Tres años de sufrimiento, de noches en vela. Noches en las que tumbado en la cama, la almohada empapada daba apoyo a mi cabeza. ¿Cuánto sufrimiento había tenido? La respuesta era corta y clara: muchísimo. Todo por un simple motivo... La persona que amaba. Saber que no ibas a poder estar con esa persona, la persona que te había hecho feliz durante poco tiempo, pero saber sobre todo que yo había tenido la culpa de haberlo dejado... Muchas veces me hubiera gustado viajar al pasado para cambiarlo todo, para darme un consejo, o para impedir que le pidiera salir tan pronto. Yo le hablaba de vez en cuando, pero nunca conseguí nada. Simplemente me decía que buscara a otro, que fuera mi "príncipe azul", pero yo ya lo había intentado una infinidad de veces. No me veía capaz y cada vez estaba peor, es decir, no iba a ninguna parte con eso.
