CINCO

4.1K 524 305
                                    

Tom y Tord estaban sentados en la sala con un silencio sepulcral que reinaba entre ambos.

Tord ocasionalmente miraba a Tom, sin embargo el otro no hacía nada más que devolverle la mirada molesto y decirle de ese modo tan sutil que tiene él que qué carajo le miraba.

Edd y Matt los observaban desde la cocina, impacientes y algo frustrados por la actitud de ambos.

—Demonios, ambos actúan como idiotas.— dijo el de capucha verde.

—No es una novedad.— respondió el de capucha morada.— ¿Tord de verdad te dijo que sentía algo por Tom?

—Te digo que sí; me lo dijo cuando sacaste a Tom de su cuarto.

—¿Entonces por qué actúa así?

—Porque es estúpido.

Mientras el narcisista y el amante de la Coca-Cola tenían una pequeña disputa en la cocina por ver cuál de los dos en la sala era el más idiota una breve conversación surgió entre el comunista y el alcohólico.

—Entonces... ¿Dónde te estás quedando ahora?— preguntó Tord.

—¿Te importa?

—No realmente, sólo quiero saber si estás viviendo como la rata miserable que eres.

—Sabía que ni una sola vez en tu vida tratarías de tener una conversación civilizada conmigo.— dijo Tom mientras cambiaba los canales del televisor levemente irritado.

—Mira quien habla, aquel al que cuando traté de hablar con él me arrojó lo primero que tuvo al alcance y me pateó el culo.

—Te lo habías buscado.— esta vez apretó con fuerza el control remoto; el comunista lo estaba haciendo enfadar.

—¿Yo?

—Fuiste y siempre serás un dolor en el culo, eres una de las peores cosas que me han pasado en la vida y si te soy honesto realmente esperaba que nunca volvieras. Quería que murieras, que alguien te secuestrara o que en la jodida armada te dispararan en la cabeza, pero no pasó; ahora que estás devuelta creo que nunca me había sentido tan molesto en mi vida.

—¿A qué mierda quieres llegar, Testigo de Jehová?— dijo el de capucha roja mientras desenfundaba una pistola.

—A que te odio más que a la maldita navidad y espero con toda mi alma que mueras, Commie.

Antes de que ambos comenzaran a pelear Edd y Matt entraron a la sala, evitando que Tord comenzara a disparar.

—¡Tom, creo que deberías irte!— comentó Matt con una sonrisa nerviosa.

—Como sea.— Tom empujó a Tord mientras salía y cerró de un portazo.

Cuando ya no había rastro del de cuencas vacías ambos chicos miraron al comunista, bastante molestos.

—¿Qué? Él estaba ofendiéndome y no se lo iba a permitir.

—¿Pero era necesario amenazarlo con una pistola?

—Tord, si realmente lo quieres trata de hacer un esfuerzo con él.

—¡Pero él no quiere ni verme!, ¿¡cómo mierda se supone que me acerque a él si cada que tengo oportunidad me lo impide!?

—Tord...

—¡No, Edd!, ¡realmente trato de acercarme a él pero simplemente no me lo permite!... Él me odia.

—Oye, Tom no te odia, es sólo que... Bueno...— Edd trató como pudo de levantarle el ánimo al noruego, pero sus intentos parecían nulos.

—Estaré en mi habitación.

—¡Espera, tengo una idea!— gritó Edd de repente, haciendo que ambos lo miraran.

—¿Qué?

—¿Por qué no invitamos a Tom a un paseo con nosotros? Ya saben, como en los viejos tiempos.

—¿Y eso cómo podría ayudar?

—Bueno, si Matt y yo hacemos que Tom y tú se queden juntos durante todo el día podría comenzar a ser algo amable contigo, ¿no crees?

—Edd, ese es un plan pésimo.

—No tienes nada que perder, ¿o si?

Tord iba a responder, sin embargo guardó silencio y se puso a pensar. Ciertamente ya no tenía nada que perder, pero tenía miedo de que el de cuencas vacías lo odiara aún más.

Resignado, asintió con la cabeza y todos se fueron a dormir. Sería un largo día.

Nicotine [TomTord] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora