capítulo dos.

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Can you help the hopeless?

Well, I’m begging on my knees,

Can you save my bastard soul?

Will you wait for me?

Can you feel my heart, Bring Me The Horizon.”

Lo único que quería en estos momentos era reventarme los malditos oídos con música, no quería participar en ninguna maldita clase ni hablar con nadie, ni siquiera con Michael.

“Mal primer día de clases cariño”, ya podía escuchar la voz de mamá, esa maldita voz chillona y alegre que me fastidia siempre. Amaba a mi madre, es cierto, pero a veces llega a ser una gran molestia en el culo. Además, aunque tenga esa gran sonrisa en su rostro puedo darme cuenta de que está decepcionada de mí, claro, ¿Qué madre no lo estaría?, maté a Savannah, y todo por un auto.

Estábamos saliendo del instituto justo cuando se me acercó Michael ofreciéndome ir a cenar a su casa, me incomodé, por supuesto, pero acepté, no quería ver a mamá aun, y prefiero tarde que antes, aunque eso significase ver a su hermana (la cual es un maldito clon de Savannah), y que estos malditos recuerdos atormenten mi mente.

Savannah n°2 (perdón, Rose) no se fue junto a nosotros, en cambio, prefirió irse con su amigo asiático, Calum, aunque según Michael, todos con una reputación que mantener lo llaman Hood, excepto Rose, que le importa una mierda su reputación. Él me habló todo el camino sobre lo diferente que podría ser esta ciudad para mí, yo sólo asentía o negaba con mi cabeza, no tenía ganas de hablar.

-       Hey, Hemmings, ¿Qué te sucede, amigo?, ¿Fue muy malo tu primer día?               -              ¿Realmente quieres saber cuán patético se sintió estar en un nuevo instituto? (agregando que estoy en una nueva ciudad escondiendo mi maldito pasado).

-       No mucho, realmente, fue más aburrido que malo. Todos me miraban como si fuese un bicho raro y tú fuiste el único que me habló en todo el día, sin contar a Daniels, por supuesto.

-       Que va, no te preocupes de los otros, mientras te mantengas a mi lado y al de Hood y Rose nadie te molestará.          -        Michael siguió dándome más consejos sobre cómo evitar a los idiotas hasta que decidí sacarme una maldita duda de la cabeza.

-       Gracias, Mike, pero tengo una duda, ¿Cuál es la maldita idea de llamar a todo ser conocido en el instituto por su apellido?        -              Él rió como si no hubiera mañana, y yo también, lo cual es algo que no hacía por que le encontraba gracia a lo que dije, sino a la risa de Mike, la cual era la cosa más contagiosa de todo el mundo.

-       La mayoría de nosotros vamos en el equipo de fútbol y en nuestras camisetas sale nuestro apellido en vez del nombre, creo que a todos los del equipo se nos hizo costumbre, ¿Te molesta?

-       Claro que no                               -              Reí.-       Pero prométeme que me dirás cuando son las pruebas para ese equipo del que me hablas, definitivamente necesito jugar para desestresarme.

-       Cuenta con mi palabra, Hemmings      -              Dijo poniéndose la mano derecha en el corazón mientras tocaba el timbre de su casa, la cual quedaba a sólo unas cinco cuadras de su casa, (¿Puedo decir que las conté?).

Nos abrió una mujer rubia y bajita, tenía una nariz respingada y los ojos los tenía azules, podía notar que tenía  unas pequeñas arrugas alrededor de estos, (las cuales no se le veían mal), y tenía pecas por toda su cara. No usaba maquillaje ni vestido, vestía un entero de mezclilla lleno de pintura y un tomate desaliñado. Se parecía bastante a Rose, la única diferencia es que ella se veía amigable, en cambio, Rose no le dedicaba sonrisas a nadie más que fuese su hermano y Hood, (o eso es lo que pienso yo).

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2014 ⏰

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The past | Luke hemmings {Fanfic} |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora