Pensamientos nocturnos

El placer de tocarte

Conocerte ha cambiado mi forma de sentir. Me ha enseñado a ir más allá de un cuerpo. Me ha enseñado a demostrar con mis manos, con mis dedos, con mi piel, mis deseos, mis oscuras ganas de ti. Con cada caricia te devuelvo todo lo que siento cuando tocas cada rincón de mi cuerpo. Contigo no hay mayor placer que abandonarme al deseo. Ese deseo prohibido, tan placentero, que me recorre entera sólo con sentirte tan cerca. Tus manos se funden en mi cuerpo, formando parte de él. Cariño, estas ansias, este anhelo, este deseo es algo mutuo. Cuando estás a mi lado mis manos cobran vida propia. No desean más que tenerte entre ellas. Sintiendo tu piel como mía. Darte el mismo placer que tú me das. Sentirte mío. Sentirme tuya. Contigo todo es tan diferente.... Las caricias se vuelven eternas, los besos interminables. Las noches se vuelven días, y los días, noches. Contigo no existe el mañana, sólo el hoy, el ahora, el momento. Este momento. Nuestros momentos. Dejar nuestro olor en la piel del otro. Nuestros labios grabados a fuego en un recorrido que no tiene fin con la compañía inseparable de nuestras manos. Cariño, siento tu fuego como mío. Ese fuego que me invade con cada roce tuyo. Ese oscuro y ardiente placer de tocarte...