Seguna Parte: El Final De Algo Hermoso

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Verán, antes de salir de la secundaria comencé a notar un cambio en Bash, un cambio que definitivamente fue el inicio de todos los problemas. Había dejado de ser aquel chico ocurrente y cariñoso que conocí hace año y medio, ahora solo era indiferente, frio y distante. Por semanas me pase cuestionándome que había pasado ¿Por qué tan de repente había cambiado? ¿Había hecho algo mal? ¿Se pudo haber aburrido de mí? Y entre tantas cosas más. Preguntas y más preguntas se pasaban en mi mente, cada día de cada semana que transcurría, hasta que dije: BASTA ¿Por qué él puede ser frio y distante y yo no?

¿Qué? Esperaban que fuera hacia él y le preguntara que le pasaba, si lo hice en un futuro pero no en ese momento, y bueno déjenme decirles que soy una persona bastante orgullosa, así que él no podía superarme en eso. Por lo tanto yo comencé a comportarme de la misma manera, y ¿saben que paso? NADA simplemente no le importo.

Fue allí en donde dije: Momento esto es más grave.

Así que me levante un día y le dije que habláramos, lo fui a sentar en la mismísima banca en donde nos conocimos y proseguí a hablarle. Aunque eso intente porque no más intente formular una palabra un nudo en la garganta lo interrumpió todo. Todas aquellas emociones que había sentido durante mi cuestionamiento de semanas me invadieron, y la tristeza que había sentido antes remplazo el enojo que sentía en aquel momento, en mi rostro resbalaban unas lágrimas.

¡Odio ser tan sensible! –Me dije a mi misma-

Decidí que ese momento no era el correcto para reclamar, no en ese estado, por lo tanto me gire y comencé a caminar en otra dirección.

Su mano tomo la mía y me hizo girar para quedar frente a frente, no dijo nada solo me abrazo.

-Giselle. ¿Qué tienes? –Pregunto con dulzura-

Lo pensé bien por una fracción de segundos.

-Bash. ¿Alguna vez has sentido que ya no eres bienvenido en algún lugar?

-No... la verdad no.

-¿Te has sentido como un estorbo en la vida de alguien más?

-Tampoco...

-¿Alguna vez una persona te abandono y se fue sin decir nada?

-Ahora que lo preguntas. Sí. Me pasa seguido.

Bufé.

-Que irónica la vida ¿No lo crees Bash? –Me separe de él-

Me miraba confuso. Claramente mis lágrimas habían desaparecido.

-¿Qué quieres decir?

-Veras, soy una persona muy leal. Siempre pondré a mis amigos de primero. –Hice una pausa- Yo no me encariño con las personas rápido, es más me cuesta mucho. Pero contigo fue muy rápido, teníamos tanto en común que simplemente me caíste muy bien. De maravilla remarcaría yo. Y creí por un momento que por fin iba a tener un verdadero mejor amigo. ¿Tú nunca has deseado una verdadera amistad? Por qué yo sí Infinidades de veces. –Lo mire directamente a los ojos- ¿Cómo te sentirías después de haber compartido tanto, que de repente esa persona importante decida que ya no le importas y deje de hablarte así porque si? Dime ¿Cómo? –Se quedó completamente callado, ni siquiera sus ojos marrones podían mantener la mirada- ¿No sabes? Porque por lo que me respondiste, muchas personas te lo han hecho. Y me sorprende bastante que tú también se lo hagas a otros. ¿No te parece irónico? Eh Bash.

Seguía sin decir una sola palabra. Se notaba que estaba avergonzado.

-Y una cosa más Sebastian. Si de verdad quieres que me vaya de tu vida, este es el momento de decirlo.

El relato del día en que ambos lo aceptamos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora