Quiero aclarar que esta novela va a tener un poco de ese toque "Argento". Tampoco voy a poner palabras que sé que los de afuera no entienden.
-.- Mira, me caes bien, y se nota que sos buen pibe, pero necesito que me pagues lo del mes -.
- Lo sé, es que las cosas no van tan bien en el bar, y bueno -rasco mi nuca-.
- Esta es la última vez que lo hago -suspira frustrado- te voy a dar nada más, ni nada menos que dos semanas para que me pagues -.
- ¿Como? ¿Dos semanas? ¿Solo eso? -.
Es imposible que pueda llegar a pagar tanto en tan poco tiempo.
- Sí, ¿que esperabas? ¿dos meses? Ni loco. Ya bastante con lo que hago para que me vengas a reclamar -me palmea el hombro- suerte pibe -.
"Suerte pibe" Ajá, sí, gracias.
Cierro la puerta y me tiro en el sillón.
Haber, si nos ponemos analizar bien, esto no es más que unas simples paredes y un techo. Vivo en un departamento, no en la concha de tu hermana para pagar lo justo.
Trabajo en un bar, no ando de mesero, sino que preparo tragos.
Lo hago todas las noches.No es malo, no me molesta atender; lo que está mal es el pago. Últimamente hay poca gente, y eso realmente afecta.
Me levanto, y miro el reloj.
Ya son las 8, tengo que ir al estúpido bar.
Agarro mis cosas, y empiezo a caminar.¿Mi vida es tan mala? No lo creo, porque estaré bien mientras pueda respirar, ¿no?
Luces rojas y azules, eso es lo que pasa.
No entiendo nada. Me acerco a un policía.
- ¿Qué es lo que pasa? -.
- ¿Sos familiar de Manuel Mendes? -.
- Digamos que sí, ¿Porqué qué pasó? -Ya estaba exasperado. No puede ser que hable tan lento-.
- Lo encontramos muerto hace unos minutos atrás. Un vecino nos llamó informándonos de una música realmente fuerte, al ingresar nos encontramos con la víctima -.
No, no puede ser.
Empujé a la muchedumbre para poder pasar, entré al bar, y subí por unas escaleras donde llegaban a una habitación mono-ambiente.
La prefectura me impedía pasar, pero les mentí diciendo que era un familiar, y al insistir después de un tiempo me dejaron pasar.
Y ahí lo vi.
Estaba acostado en la cama, aún con los ojos abiertos, como una de sus manos. Me acerqué como pude y en la mano tenía píldoras.
Una vez el me había dicho que las personas que no estaban bien tomaban las "Happy Little Pill", y el si que no estaba bien.
Levanté mi vista y pude ver su rostro, el que ayer me transmitía cariño y dulzura, hoy me transmite tristeza y dolor.
- Fuera -tocaron mi hombro y me levanté- dije que fuera -salí de ahí callado-.
Los vecinos me miraban con una cara de tristeza y a la vez de preocupación. Me preguntaban que mierda pasaba y yo no podía contestar. No es que no quisiera, simplemente no podía hablar.
Caminé hasta el frente de mi departamento, y saqué las llaves del auto.
Empecé a alejarme de la cuidad, no sé por cual ruta me metí, solo me quería ir.
¿Por qué esto le tenía que pasar a él? ¿Por qué a mí?
Necesito regresar a mi casa, a mi hogar. Yo ya no puedo seguir así.
Le estoy teniendo miedo a la propia vida que yo armé.
acelero »
Si no lo hubiera conocido a el yo no estaría así. Si no me hubiera alejado de mí cuidad yo no estaría así.
acelero »
Siento que no puedo respirar, que no puedo vivir.
Y estoy solo, ya no tengo a nadie más acá.
acelero »
Ahora mi hogar nunca se había sentido tan lejos.
Necesito regresar a la simple vida.
Escucho un ruido.
Genial, me quedé sin gasolina.
Bajé del auto y cerré de un portazo.
Ay, no.
Quedaron las llaves dentro.Patee la rueda, pero claro, como soy tan yo me tuvo que empezar a doler el pie.
Miré la carretera y no había nada, ni un miserable cartel. Y ni hablemos de que se quedó el celular dentro.
Supongo que tengo que esperar a que alguien pase por acá, o a que me vaya.
Me quedé un rato sentado en el baúl esperando un milagro del señor, amén.
Me paré y empezé hacer señas.
Un auto estaba viniendo.- Hey, amigo, ¡Hey! -.
Empezó a bajar la velocidad. Y frenó enfrente mío.
- ¿Que pasó? -.
- Se me quedó el auto, ¿Me podrías alcanzar a la cuidad? -.
Sé qué no se tiene que subir al auto de un extraño, pero ya me daba igual.
-Me miró de arriba abajo- Tengo muchos problemas por ahora, no quiero uno más -subió la ventanilla y empezó andar-.
¿Esto es joda? Que chico más estúpido dios.
Supongo que tengo que caminar a casa.
Llegué estresado, me tomé un calmante por el dolor de cabeza y una pastilla para dormir.
Me siento mal, horrible.
Lo del auto, el estúpido ese, el alquiler y todo eso en este momento no vale la pena.
Pero Manuel sí. Nada de esto le tenía que pasar a él.
Nada.