Soy joven, muy joven, no mencionaré mi edad ya que son escasos los años que llevo vividos. Pasó. No sé cómo, pero si, pasó. Me enamoré de un hombre unos veinte años mayor. Que directa que soy, pensarás, pero no es verdad, aparento serlo, intento serlo, pero soy tan insegura e indecisa que ni yo misma sé explicarme el por qué. Me dejaré de rodeos, e iré al punto de ebullición de esto, mi querido Walter, mi confidente, mi amigo, mi señor, mi papá, mi amado, mi profesor, mi todo, mi nada; elige la definición que más te gustó, puedes hacer el uso de cualquiera de ellas, sin embargo, mi favorita es "mi papá". No es mi papá, pero recapacitando una noche de viernes solitaria asocie la carencia de amor y comprensión paterna con este sentimiento por mi querido Walter, nunca tuve un hombre mayor que me escuchara, aconsejara, enseñara o amara de la manera que yo lo deseaba, Walter, espero que tu si me escuches, aconsejes, enseñes y ames tal y como yo lo deseo en estos momentos.