Capítulo IV.

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Al final lo había conseguido, había terminado durmiendo en mi habitación, bueno mi habitación por el momento, no había terminado de decir que si podía quedarse cuando él ya se había lanzado sobre la cama al menos llevaba la colcha que había usado cuando estuvo con los demás, yo me enrolle con la mía y note que tenia aun el relicario en la mano sin que se diera cuenta lo escondí debajo de la almohada y me voltee dándole la espalda, no quería verle me ponía nerviosa en cierto modo, por su parte el muy cómodamente se acostó a mi lado, ya ambos acostamos sin decir nada, él comenzó a hacerme masaje dactilar en la espalda, aunque eran más como las caricias que se les hace a los bebés en la espalda para que se duerman, de cualquier forma que se le llame se sentía bien y era lindo lo que hacía, pero sería secreto no era algo que le fuese a decir.

               -·-   ¿Por qué haces esto? -dije un poco adormilada-

               -·-   ¿Hacer qué? -dijo con voz ronca, al parecer él también se estaba durmiendo-

               -·-   Ser lindo conmigo, aun cuando yo te ignoro o trato de ignorarte. -al menos la mayor parte del tiempo por mi salud mental-

               -·-   Porque aun cuando seas así conmigo, hay momentos en los que eres muy linda conmigo y me haces sentir bien. -así que lo hago sentir bien, interesante- sonreí  para mi -

               -·-   Yo soy así con todos -con la mayoría, no a todos les presto atención como a ti- pero es extraño, porque tú te comportas siempre como el chico despreocupado que lo que le importa es pasarla bien. -no yo-

               -·-   Yo no me preocupo solo por eso, hay otras cosas, me importa mi familia, mis amigos y en especial tu. -espera, ¿Que?!

               -·-   ¿Qué tan importante? -esta vez tuve que voltearme para ver cuando me respondiera-

               -·-   Muy importante –lo decía enfatizando cada palabra– demasiado y no me gustaría perderte.

               -·-   No sé qué decir, -realmente no sabia que decir, pasaron unos segundos antes de que continuara- me gustaría creer eso, pero, y si ¿lo dices solo porque estamos aquí?.

               -·-   Lo digo porque es verdad, porque es lo que siento, eres la persona más curiosa, inteligente y maravillosa que conozco.

Esas palabras me desarmaron por completo, no sabía qué decir o qué pensar, pero estaba segura de que se dio cuenta de que estaba en blanco, mi cerebro había dejado de recibir oxígeno o algo había pasado porque no me di cuenta en el momento que aprovechó para besarme de nuevo, yo no hacía nada para detenerlo, no podía ni quería hacer nada, el tiempo se había detenido para mí y para él y esta vez no hubo nadie que los interrumpiera fue el momento más intenso que había tenido en mi corta vida, aunque también el primero, al final me abrazo pegado a mi espalda y no pasó mucho tiempo para que me durmiera de nuevo, pero no fuimos los únicos que dormimos juntos, en otra de las habitaciones Andrea también se había quedado durmiendo con Leo, ellos tenían su relación desde hace mucho tiempo así que no era de extrañar que durmieran en la misma habitación, no éramos unos niños que había que cuidar, sabíamos nuestros límites, bueno al menos la mayoría de las veces, en fin a la mañana siguiente después de haber despertado y asearse fue por su teléfono como religiosamente hacía cada mañana y al colocar la radio descubrió o mejor dicho escucho que por esa zona estarían desde la tarde unos exploradores, Andrea fue corriendo a la habitación donde me encontraba durmiendo para contarme aquella noticia sin saber que tenía compañía, con tal alboroto estrepitoso llego que me despertó de un susto e intentando despertar a Franco que tenía el sueño muy pesado, tuve que darle un pellizco para que se pudiera despertar.

Alis & Franco -Malas Decisiones IWhere stories live. Discover now