8: Enfermo.

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-¡Arriba, Miu quiere ir a patinar!

-Agh...

Please, get up!–sacudía con todas sus fuerzas a Subaru pero el...–¿Mr. Sugar Hair? ¿Esta bien? Ne, ne, ¿Mr. Sugar Hair?...

Se veía muy pálido, más de lo que debería estar. Sudaba, él no debería sudar, temblaba, gemía de dolor y estaba colorado de las orejas.

-¿Sugar...?

-Estoy... Bien... Solo necesito... Descansar...

-No estás bien, ¿Necesitas algo?–si no fuera porque se sentía fatal tal vez sí hubiera notado que ella se puso sería y dejó de hablar en tercera persona–¿Los vampiros se enferman?

-...No lo sé...

-¿Quiere que vaya por ayuda?

-¡No! *Tos* No salgas... Por favor...

Suspiró y se despeinó un poco, lo tapo hasta la nariz y, viéndolo triste, salió de la habitación rumbo al único sitio donde estaba la persona que podía ayudarle: Komori Yui.

Iba muy silenciosa, casi con una mirada fría y su respiración podía pasar a ser nula.

Al llegar a la puerta la tocó con delicadeza y esperó paciente, a los segundos Yui abrió y se sorprendió al verla ahí parada. Asustada, la metió a su habitación y la cubrió con su sábana para darle su olor y que no la notaran al salir del cuarto del Sakamaki menor.

-¿Que haces afuera? Ellos te pueden ver.

-Él esta mal,–la cogió de las muñecas con fuerza–suda mucho, gime, está rojo, ¡Esta mal!

-¿Subaru-kun? Espera, deja me visto.–estaba con su pijama, cogió su ropa de siempre y, por la prisa, se cambió frente a ella–Vamos, Miu-chan.

Aún con la sábana, Miu se la llevo casi corriendo, estaba muy asustada.
Sin embargo, al abrir la puerta, los otros hermanos ya estaban checando qué tenía Subaru y por qué no podía "respirar" bien.

Yui la puso detrás de ella, aún no las sentían del todo, al menos a Miu no.

Con una seña le pidió que fuera a ocultarse en su habitación pero ella le ignoró y se adentró a la boca del lobo. Tiró de la manga de Reiji, captando su atención y la de todos; como había pensado Yui, no la habían sentido.

-¿Quien... eres? ¿Como entraste? Ésta es propiedad privada.

-Reiji,–Ayato lo detuvo tocando su hombro–es ella, es la chica que Subaru escondía.

-No... Miu...–el nombrado se levantó tosiendo y atrayendo a la chica para protegerla de ojos curiosos, cubriendo la mayor parte de su cuerpo con esa sábana–¡Vayan...se!

-Tienes fiebre, debiste beber sangre en mal estado.–dijo acomodando sus lentes y ocultando muy bien su curiosidad.

Pero... Miu estaba llorando, se había puesto así después de que él bebiera de ella. Ella tenía la culpa.

Kanato y Laito iban a retirar la sábana cuando ella misma lo hizo, limpiaba sus lágrimas y se abrazaba con fuerza del albino. Quedaron anonados al verla, su cabello rosa fucsia en capas disparejas, sus piel crema como la seda, cuerpo pequeño pero dotado en las zonas correspondiente, labios carnosos, rosas y pequeños, pestañas largas y sus ojos... sobretodo sus ojos, eran pardos, felinos más bien, con tonos rosas, verdes y amarillos simulando líneas horizontales.

-Es...

-Como una muñeca...

Shu no tenía palabras, parecía una musa, era tan única. Reiji tragó en seco, tenía porte elegante y lloraba en silencio, sin hipar.

Ayato era el único que no admiraba la belleza de Miu, estaba gozando de su victoria, les había demostrado que no mentía.

Pero Subaru era otra cosa, la apretaba contra él en modo posesivo, ya la habían visto... no había vuelta atrás. Se limitó a limpiar sus lágrimas y susurrarle que no era su culpa, intuía lo que pensaba.

-Es... como un gato.–murmuró Laito con un sonrojo y mirada demasiada lujuriosa–No, un gato es poco, es como... Una leona.

-Miu está incómoda, ¿Por qué miran tanto a Miu, Mr. Sugar Hair?–volvieron a tragar en seco, oírla hablar era aún más hermoso que solo verla, más el mote que le puso a Subaru les hizo gracia.

-Porque... Eres hermosa.–asintió, como si comprendiera, y se acurrucó en el, tenía algo de frío–Ustedes...

Ore-sama gana!

-Y el premio gordo~

-Subaru, ¿Ayer te sentías así?–hablo Reiji para calmar cualquier estupidez que se les ocurriera hacer.

-No, fue después... de beber de Miu.–ella asintió y les mostró su hombro para que vieran las marcas–No hagas eso Miu.

-Okay.

-¿Es la primera vez?–el tema le estaba resultando interesante.

-Sí, tal vez fue... porque Miu no ha comido.

-¿Kimi-chan no ha comido?–pregunto Laito a centímetros de ella–¿Quieres algo en especial?~

-Oye...

-People... Quiero people...

Se miraron extrañados, "¿Personas? ¿Para qué quiere personas?", Pensaron aquellos que no sabían y Yui, cubriendo sus oídos, se hizo pequeña en un rincón de la habitación.

-¿Por qué quieres personas?–preguntó Kanato cara a cara.

-Oigan...

-Miu come hombres, y ustedes... son hombres.

Uno, dos, tres pasos sordos, retrocediendo, cayendo, ahorrando su sorpresa.

No llevaban ni 10 minutos de conocerla y ya la querían lejos.

Era hermosa... Pero era una trampa mortal.

Toda esa belleza era para un solo objetivo: engañar y devorar a su presa. A Los Hombres.

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Cuidando A Miu (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora